Susana Reyes

Susana Reyes nació el 3 de noviembre de 1971 en San Salvador. Se recibió en la carrera de Licenciatura en Letras, en la Universidad de la UCA y actualmente dicta clases de Lengua y Literatura en diversas Instituciones. Pero seguramente lo que más debe resaltarse de esta mujer salvadoreña es su entrega y su pasión por la poesía, arte que cultiva desde jovencita.
En 1994 fue galardonada con el Premio Joven Talento que otorga cada año la Galería 91 y CONCULTURA, pertenecientes a su ciudad.
Su obra más destacada recibe el nombre de "Historia de los espejos"; sin embargo es menester señalar que también se hace presente su poesía en varias antologías como "Palabras de la siempre mujer", "Antología Virtual Hispanoamericana" y "Mujeres en la literatura salvadoreña".
Actualmente es vicepresidenta de la Fundación Cultural Alkimia donde también es coordinadora de la revista literaria de nombre homónimo y el espacio titulado "Miércoles de Poesía", un momento de encuentro poético único en la ciudad. Cabe mencionar también que ha intervenido en diversos montajes de teatro, como "Un día en la vida" escrito por Manlio Argueta y producido por el grupo La Calle.
En nuestra web podrás leer algunos de sus poemas, tales como "Hagamos un poema", "Yo te descubro" y "Dragones de cartón I".

Poemas de Susana Reyes

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Susana Reyes:

Hagamos un poema...

Hagamos un poema,
con tu piel
y mis labios
con la brisa de noviembre
y los aguaceros de junio.
Pintemos de pájaros
y madrugadas
nuestras espaldas sudorosas.
Amamantemos nuestra sed
con el crepúsculo
tímido y solitario
que se corona de lunas
desparramadas
en las gotas
de los inviernos.

Yo te descubro

Yo te descubro
-hombre-
en cada verso
y he aprendido
a descifrar
tus pasos.

Ellos son las esfinges
yo, Edipo.

En el hueco de tus manos

En el hueco de tus manos
pongo tu nombre
y lo bebo a sorbos,
tus minerales
se licuan con mis soles
y en la memoria
la leyenda de tu cuerpo
se vuelve mariposa,
limpio las soledades
a tus pasos,
entonces te acuno entre mis ojos
entonces te limpias el sudor
y recoges mis mañanas.

Tengo un sueño dormido...

Tengo un sueño dormido
en la espalda
una ilusión
que bate alas
en mi vientre.
Tengo siete letras
tatuadas en mis manos
para escribirle
a un papel en blanco
tu sonrisa
y un balcón en mi calendario
para dejar entrar tus golondrinas.

La loca

I

Ella sólo quiso
otorgarle a la vida
el estremecimiento de sus entrañas
liberar de los hombros
los cabellos marchitos
internarse en el cotidiano ardor
de las hojas en el agua.


II

Se liber?de las culpas
desnuda y feliz
regal?su risa
al naranjo de la tarde
no le interes?más
que tenderse sobre las aceras
y respirar la libertad
con sus pupilas.


III

Esa que est?ah?
no es ella
esa de cara opaca
y cejas de luna
la niegan porque es sombra
en un país sin sol
o el sol de un país de sombras...
porque sólo sabe
repetir las mismas letras
porque mira a los ojos
y exhibe su cuerpo
porque cree que el cielo de invierno
es un globo hinchado de agua
en el que los niños de las manos
han prometido hincar sus uñas.

Podré por fin...

Podré por fin escapar del silencio
si acaso me permites merodear
los huecos en el espejismo.
Mi mano y mi voz están cansadas
de dibujar en vano los espacios
de saltar suicida las barandas
que me llevan más allá de tus ojos.
Leo tus palabras con un eco desconocido
imagino la voz de tu piel
como un antojo infinito
de abrigarme en tus poros adolescentes.
La habitación llora,
y el sol afuera se derrite impúdico.