Franz Tamayo

Franz Tamayo nació en La Paz (Bolivia) en 1879. De pequeño viajó a Europa junto a su familia; vivió en Francia y en el Reino Unido donde comenzó a formarse en el mundo literario. Al regresar concluyó sus estudios e ingresó en la carrera de abogacía.
Se lo recuerda por ser el fundador del Partido Radical y ejercer numerosos e importantes cargos políticos, como el de ministro de Relaciones Exteriores, entre otros. Cabe mencionar que en 1935 fue elegido presidente, sin embargo no llegó a ocupar dicho puesto por culpa del golpe militar que tuvo lugar en el país ese mismo año.
En lo que respecta a su actividad poética, no se vio opacada por sus labores políticas; de hecho, gracias a sus poemas es que ha conseguido ubicarse entre una de las figuras más representativas del movimiento modernista de Bolivia. Entre sus obras más importantes se encuentran "Odas", "Nuevos proverbios" y "Epigramas griegos". De su estilo, puede mencionarse un arraigado sentimiento hacia su tierra que se expresa a través de imágenes propias de la lírica del modernismo, con un cuidado especial en los términos escogidos y las formas poéticas.
En nuestra web podrás leer algunas de sus creaciones tales como "La víbora invisible", "Adonais (a la muerte del hijo)" y "Balada de Claribel"

Poemas de Franz Tamayo

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Franz Tamayo:

El último huayño

Guarda la tierra larvas
y el aire giros.
Pasan leves suspiros
y sombras parvas.
Así al destino
canto el último huayño
el cierzo andino!

Balada de Claribel

En la desolada tarde,
Claribel,
Al claror de un sol que no arde,
Claribel,
me vuelve el amante alarde,
aunque todo dice «es tarde
Claribel».
Lleva en sus alas el viento,
Claribel,
tu nombre como un lamento
Claribel,
y en vano mis ansias siento
volar tras aquel concento,
Claribel.

Voz con que pía la ausencia,
Claribel.
saudade, canora esencia,
Claribel!
Añoranza, transparencia
que la ausencia hace presencia,
Claribel!

Mar profundo y alto monte,
Claribel,
¿Es posible que tramonte,
Claribel,
tras el húmedo horizonte,
y que las nieves remonte,
Claribel?

El tiempo es por siempre ido,
Claribel,
y eres quizás toda olvido
Claribel!
Mas yo, iluso descreído,
aun pienso que me has querido,
Claribel!

El pan amargo en que muerdo,
Claribel,
hecho está de tu recuerdo,
Claribel!
Y el pasado nada cuerdo
es un sueño en que me pierdo,
Claribel!

Oh mañana azul y rosa,
Claribel,
en que té ví mariposa,
Claribel!
Reina y mujer, niña y diosa,
oro, nácar, nieve y rosa,
Claribel!

Cantaba en el aire un ave,
«Claribel».
suave cual la suave
Claribel.
Y unía el plumado clave
dulce risa y lloro grave:
Claribel!

Una música escondida,
Claribel,
Eres por siempre en mi vida,
Claribel.
Maná de mi eterna herida
lecho rosa y luz florida:
Claribel!

Vierte mi labio un perfume:
Claribel,
musgo y clavel que resume
Claribel.
Mirra que eterna zahume,
Óleo que no se consume,
Claribel!

Tu nombre dulce y cruel
Claribel
Sabe a fresa e hidromiel
Claribel
Son de encantado rabel
Hay un sortilegio en él,
Claribel

De un nigromante el compás,
Claribel,
Trazó en mi alma «nunca más Claribel».
Y así a mis ojos jamás
Como el alba volverás,
Claribel!

Beethoven

Jamás dolor más noble
vibró en la fibra!
Así insonora vibra
el alto roble!
Era Beethoven
dolor siempre sonoro
y siempre joven!

Habla Olimpo

Yo fui el orgullo como se es la cumbre,
Y fue mi juventud el mar que canta.


No surge el astro ya sobre la cumbre?
Por qué soy como un mar que ya no canto?


No rías, Mevio, de mirar la cumbre
ni escupas sobre el mar que ya no canta.


Si el rayo fue, no en vano fui la cumbre,
Y mi silencio es más que el mar que canta.

Las khantutas

Regia flor escarlata
del Ande innata,
su tinte en que el sol brinca
consagra al Inca.
Toda doncella
de fiera sangre India
renace en ella!

Scherzo de primavera

9.

Vino nuevo en las bocas
Vierten sus cantaras
¡Caen las rosas locas
De sus alcántaras,
Y en dulce juego
Es caricia de nieve
Su eterno fuego!

12.

Pliega toda alma irónica
A su centella;
La palabra sardónica
Expira ante ella.
¡Horrenda fama!
¡La belleza esta hecha
de bronce y llama!
30.

Su pan aun siendo muerte
Tienta y convida:
Sabe a la rica y fuerte
Sal de la vida.
¡Mana perfecto!
¡aun amasando en lagrimas,
no hay más dilecto!

33.

Rige un arcano el giro
De las pupilas.
De azabache o zafiro,
Glaucas o lilas,
Su prisma cierne
Matices y contornos
Que en luz discierne.

35.

La duda en alto pende
Quien mas admira,
Si sol que arriba esplende
U ojo que mira
Mutuas miradas:
Es un cambio de guiños
¡Y llamaradas!

40.
Hay una ciencia abstrusa
En toda forma
Que revela a la musa
La Pauta y la norma.
En líneas puras
Las ideas son célicas
Arquitecturas.

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