El carnaval explota en sus colores. 
Un hombre baila con la muerte en el centro de la pista,
lleva en sus brazos un esqueleto y todos miran, ríen y sospechan.
Hay hombres que creen que el carnaval constituye algo así como la vida,
se disfrazan a diario, 
disfrazan a sus mujeres.
Cuando intentan el desnudo 
advierten que ya es tarde.
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