«Vidas de santos», de Antonio Lucas —Editorial Círculo de Tiza—

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«Vidas de santos», de Antonio Lucas —Editorial Círculo de Tiza—Todos nacemos sin saber bien por qué, hasta que lo descubrimos (o no), y lo que nos acerca al resto de las personas es que la gran mayoría ignoramos por qué morimos. Hubo algunos valientes que quisieron descubrirlo, que arrasaron con la calvicie de su tiempo y se aferraron a la idea de la inmortalidad. Muchos de ellos murieron jóvenes, otros peinaron canas (algunos siguen en la lucha). Todos siguen vivos y tanto laten que en su libro «Vidas de santos», Antonio Lucas (Editorial Circulo de Tiza) reconstruye sus existencias. Lo hace con fervor y lucidez, dos actitudes literarias tan extrañas (en estos tiempos que corren) como lo fueron las vidas de estas criaturas.

Santos sin iglesia

«Vidas de santos» reúne un centenar de existencias dolidas, desgarradas y bamboleantes, y de muertes seguras, lejos de la bondad de dios. Seres replegados de la vida eclesiástica que, sin embargo, supieron comprender lo que habita más allá de la vida.

Es éste un libro dividido en tres partes: Promesas quebradas, Heterodoxas y Vidas revueltas, en el que habitan criaturas muy variadas que se acercan en algo: en la necesidad de sobrevivirse y el empeño de ser hacedoras de su propio destino («sin dios ni amo»).

Las Promesas Quebradas de este libro son una serie de personajes extraviados (aunque más encauzados que nosotros). Polloperas, párvulos, ángeles destructores que vivieron poquísimo pero que dejaron una huella tan profunda en el arte que diríamos que vivieron siglos. Arthur Rimbaud, Sid Vicious, Marga Gil Roëssé, Ian Curtis, Nick Drake, Jayne Mansfiel se dan cita con otra decena de artistas jovencísimos y necesarios. Hombres y mujeres que como Henri Gaudier-Brzeska comprendieron a tiempo que la vida era breve (y tan breve). De él escribe Lucas:

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«Vidas de santos», de Antonio Lucas —Editorial Círculo de Tiza—

Les siguen a estas criaturas diminutas-grandes las Heterodoxas, una ristra de autoras, pintoras, esculturas, filósofas…, mujeres que se estamparon contra el frontón de su tiempo y fueron capaces de plantear una nueva lectura de la realidad y de sí mismas, vadeando los preconceptos de un mundo machista (que es el de siempre) y construyendo su propia leyenda, como quien se adelanta y tuerce el destino que le había sido sugerido.

Gerda Taro, Françoise Dorléac, Susan Sontag, Lou Andreas-Salomé, Maruja Mallo, Annemarie Schwarzenbach, Carson McCullers, y la lista sigue, y sigue, porque en Lucas hay espacio para todas las mujeres valientes, feministas de las que ya quedan pocas. Mujeres nacidas en familias ulceradas de principios machistas y patriarcales, de las que todas tuvieron que huir con una mano por delante para evitar la cachetada con la que las aguardaba el mundo y una por detrás, para cubrirse las espaldas. Mujeres contestatarias y libres como Lou Andreas-Salomé:

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Por último nos encontramos con las Vidas Revueltas que reúne a diversos artistas, algunos de ellos todavía vivos, que dieron rienda suelta a su creatividad yendo a contracorriente. Rafael Sánchez Ferlosio, Carlos Oroza, Juan Luis Panero, Margarita Lozano y Adolfo Arrieta son algunos de los personajes que se pasean por esta última parte: criaturas que rozan el malditismo y que se mantuvieron fieles a sus ideales sin importar las consecuencias (o el olvido).

Niños, mujeres y hombres de vidas extraordinarias, cuya fundamental conquista consistió en sobrevivir y en no detenerse jamás. Seres únicos que, como Gala Dalí, quisieron escribir, pintar, crear pero más aún volverse escritura, lienzo, arte. Y terminaron dolidos, arañados, porque, parafraseando a Lucas, nadie sale ileso de haber amado con tanta fiereza el fuego. Mientras tanto, afuera, el mundo se caía a pedazos, y pienso en Ágota Kristof:

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«Vidas de santos», de Antonio Lucas —Editorial Círculo de Tiza—

El lenguaje que se conquista a sí mismo

Cualquier libro que acumule un conjunto de biografías extrañas podría resultar denso en su lectura y anodino, no éste. Antonio Lucas se enfrenta al lenguaje con la rabia de quien ha llegado tarde para salvar a otro del naufragio y la convicción de que comparte esta promesa con Rimbaud, Keats, Lautremont, Schwarzenbach y Ajmátova: vivir es una conquista para uno mismo, jamás para el mundo. Y su escritura también da cuenta de eso.

Desde la pulsión eléctrica de la palabra nos lleva con una extraordinaria facilidad al Manchester de Ian Curtis haciéndonos vibrar convulsamente con su adolescencia enfermiza, del mismo modo que nos introduce en el Café Gijon para ver a Oroza, a Valcárcel y mirarnos en la Madrid de otro tiempo (que también tiene un poco de éste). La fiereza de su pluma abre-ara surcos en nuestro interior y nos impone reflexiones elocuentes donde el mundo sólo ve datos biográficos.

Si es cierto que todos los escritores manifiestan sus obsesiones al escribir, en Lucas ese rasgo se vislumbra en su interés por los que van más allá de la norma, los que se atreven a construir un universo propio y resignificar entre otras cosas, el propio lenguaje. Tal vez por eso le interesan personajes como Rimbaud, del que escribe:

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«Vidas de santos», de Antonio Lucas —Editorial Círculo de Tiza—

Santos reales que cultivan ficción

La hagiografía fue un género que estuvo muy presente en mis primeras lecturas. Biografías con dibujos beatísimos y contundentes citas que acamparían en lo más profundo de mi ser. Mártires, monjas y niños virtuosos me abofetearon desde temprano con su límpida conducta y me hicieron notar mis innumerables miserias.

Pero esas dosis de adoctrinamiento y moral en pinchazos que iban a lo más tierno de mi estructura emocional, sin embargo, no terminaron de voltearme; y pronto comprendí que no eran aquellos los verdaderos santos, sino los que aparecían en las listas de la vereda contraria: los insumisos, los rebeldes, los villanos. Santos como estos de Lucas, dueños de sí mismos (y del sí mismo de Jung), sin otro dios que sus propias ideas.

«Vidas de santos» es mucho más que un libro de semblanzas biográficas. Podría leerse como una colección de relatos oscuros que se apuntalan en la realidad y, a la vez, como una manera de observarnos a nosotros mismos, de reflexionarnos y de reafirmar nuestras convicciones. ¿Acaso hay otra forma de leer-mirar que no incluya ese camino de ida y vuelta: de la realidad a la ficción, de las vidas ajenas a la propia existencia?

Se necesitan más hagiógrafos como Lucas para provocar infancias más felices, porque es por gente como él, capaces de mofarse de lo que nos subrayan de solemne, que existe redención o, al menos, posibilidad de sosiego en esta vida.

¡Lean «Vidas de santos» y firmen esta furiosa-irrevocable sentencia de Ajmátova!

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«Vidas de santos», de Antonio Lucas —Editorial Círculo de Tiza—
 Vidas de santos

Antonio Lucas

Círculo de Tiza, 2016

ISBN: 978-84-94434-00-6

330 páginas

22 €

 

Comentarios1

  • Rapsodico

    Salgo ahora mismo en busca de él. No hay mejor noticia que un nuevo libro de una de las mentes más lúcidas de este país. Deseando tener entre mis manos este nuevo alumbramiento de Antonio Lucas. Muchas gracias por tenernos tan informados de todo lo que acontece en el mundo literario. Un abrazo, Tes.



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