Tiempos de tregua

Tiempos de tregua, de Luisa González López, es una novela de ritmo vertiginoso y de personajes atractivos y bien trazados. El tiempo y la tregua, la verdad y la mentira, la ficción y la realidad, se entrecruzan en estas páginas escritas con el pulso firme y la mente clara. Nos narra una historia coherente, llena de magia, en la que se puede elegir creer la mentira embellecida de la vida o la verdad inquietante y torturadora. Tiempos de tregua es una novela sin concesiones al sentimentalismo, sin concesiones al melodrama, en la que se cuenta una historia muy bella, en el marco de la provincia de Tarragona, en las tierras del Ebro y en la misma ciudad. Es un recordatorio de la guerra civil, de los primeros tiempos de la transición y de la escasa repercusión de los grandes hechos políticos en la vida cotidiana, sobre todo de los niños.

No es mi intención explicar el argumento de la novela, misterio que debe ser velado hasta que el lector entre en el mundo enigmático de Angel Cuatrojos, de Nieves Treig y de Amanda. La voz de Mariaso, la narradora, nos introduce en los hechos pasados y presentes de todos los personajes, quedando su propia vida entrelazada por esos mismos hechos, que pueden ver y entenderse desde numerosos puntos de vista, con numerosas lecturas.

Quizá más que la guerra o la paz, Tiempos de tregua es una novela sobre el desarraigo, sobre el exilio, real o imaginario, impuesto o elegido, o simplemente dado por una casualidad de la que se niega la existencia. Marchar o morir es lo mismo, afirma Ángel Cuatrojos, que vive separado de los demás por un exceso de inteligencia y de madurez. Nieves Treig vive exiliada de su propio pasado, reinventándolo, dotándolo de un encanto y un romanticismo que no existieron. Amanda, que simboliza el desarraigo producido por el amor, y que sólo se recuperará a si misma al final de la novela, una vez consumada la venganza de la que le hablara Neus Treig. La guerra y la paz quizá sean lo mismo, porque es el olvido el que entierra la memoria, el odio de la memoria, una memoria que sólo descansa con la fantasía, con el traje de novia que guardaba Neus para una boda imposible, y que la acompaña en su muerte.

Quizás la muerte es la que iguala la paz y la guerra, porque la muerte entraña el olvido.

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Comentarios4

  • que triste estoy

    sabes quisiera un poema sobre del porque una se enamora de un hombre joven del que tanto se ilusiona una al final se va que tristeza para mi pero asi es no?............. que tonta somos algunas mujeres... en fin........ es la vida tonta.............. si

  • monys

    mmm.me siento identificada un poco con Nieves treig,creo que las mujeres positivas tenemos la capacidad de auto exiliarnos de las situaciones que nos entristecen,de la realidad cuando nos hace sufrir,buen tema nos plantea la escritora,me gustarìa saber mas de ella Monys

  • adsso

    portarnos como almas solitarias puede ser la unica manera de salir de este espacio absurdo del que somos presas indefensas , para reprender a esta bestia hay que utilizar por escudo a la audacia y por armadura el olvido que se hacen evidentes ante la soledad , y esto lo se por que asi vivo .....

  • Nita

    algunas veces decidimos exiliarnos por no querer hacerle frente a la realidad de la vida que nos toca vivir, o quiza porque aun seguimos cargando con un pasado un tanto triste, doloroso lleno de errores.



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