Definitivamente no son buenos tiempos para el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique. Repasemos: a mediados de mayo, fue acusado de plagio por Jordi Urgell (catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona), quien asegura que Bryce copió una nota de su autoría. Hace sólo diez días, el autor de «Un mundo para Julius» fue demandado por su compatriota Herbert Morote por difamación.
Ahora, la periodista chilena María Soledad de la Cerda informó sobre otros dieciséis plagios presentes en las obras del peruano, de acuerdo a lo publicado por el diario Perú21. Con esto, el escritor ya sumaría 27 denuncias por apropiarse de la creación intelectual de otros autores.
Uno de los afectados sería el español Juan Carlos Ponce, colaborador de la revista Jano, quien asegura que Bryce llegó a «calcar» sus títulos. La filósofa Carmen Lloret y su padre Juan Soto Viñolo serían otros de los afectados.
Perú21 menciona que Blas Gil Estremera, José María Pérez Álvarez y Cristóbal Pera también habrían sido víctimas de los «homenajes» de Bryce (esa fue la explicación que dio el autor ante ciertos pasajes de su obra que fueron prueba del plagio).
El español Pérez Álvarez al menos recibió un correo electrónico del peruano, donde le pide disculpas y asegura que fue víctima de un complot. «De que ha sido un complot no me cabe la menor duda, por más que hasta el momento yo no logre dar con el cerebro de esta operación contra mí y otros escritores peruanos» fueron las palabras de Bryce. Pérez Álvarez no creyó en esta explicación, aunque pidió no «satanizar» a Bryce, un autor de «enorme talento» que tal vez no pudo atender a la gran demanda de artículos que recibe.
La polémica sobre el plagio se acrecentó cuando incluso el reconocido diplomático Oswaldo de Rivero acusó al novelista de haber reproducido sin autorización un artículo suyo.
Los textos en cuestión aparecieron publicados en reconocidos periódicos latinoamericanos, como El Mercurio de Chile, El Comercio de Perú y La Nación de Argentina.
La primera defensa que esgrimió Bryce fue una presunta persecución política por su oposición a Alberto Fujimori, con lo que acusó a los medios de comunicación de estar pagados por los denunciantes para afectar su carrera. Luego mencionó errores de su secretaria para finalmente llegar a comparar al plagio con el homenaje.
Algunas versiones indican que el escritor padecería el Mal de Alzheimer y otras llegan a afirmar que la causa de su errático comportamiento es el alcoholismo. Lo cierto es que las explicaciones brindadas por el literato no logran convencer a la opinión pública.