Soledad, vieja dueña de mi estancia,
te sientas junto al fuego de mi herida
y giras, silenciosa, en cada vida
que vaga entre naufragios y distancia.
Eres un faro gris en la constancia,
la voz que cruza intacta la caída;
un tiempo sin reloj, sin despedida,
que pule mis aristas con templanza.
A veces tempestad, a veces calma,
entras sin llamar y rozando el alma
con dedos de ceniza y de ternura.
Y aunque tu sombra pese y me desguarne,
sé que sin ti mi espíritu no aprende
el arte de crecer desde la hondura.
JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025
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Autor:
JUSTO ALDÚ (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 11 de diciembre de 2025 a las 06:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: invictool, Tommy Duque, Alexandra I

Offline)
Comentarios2
Post Data. El poema es bello.
😂😂😂😂
Me encanta tu sentido de humor hermano, por poco y no te daba estrella, por esa falta de consistencia en tu rima. jajajaja.
Templanza con Constancia... jajajaja
¡Genial!
Gracias por tu buen humor, ya viste que no sos tan cascarrabias todo el tiempo... y como dijeron porai: No nos tomemos tan en serio Muchá.
Saludos hasta tu bella tierra, misma que espero ver pronto el próximo año, ya que estamos en el mismo istmo.
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