La musa se ahogó en su propia sangre.

La Hechicera de las Letras


AVISO DE AUSENCIA DE La Hechicera de las Letras
Volví a mi nombre original: La Hechicera de las Letras. No hay giros ni explicaciones innecesarias que dar, solo la reafirmación de lo que siempre he sido.

Quien quiera entender, que lea; quien no, ya sabe que pase de largo.

Aquellos que me bloquean o insisten en ese gesto infantil, no los leo ni les presto atención. Solo una carta con disculpa pública —y aun así— la reconsideraré.

No acepto solicitudes de amistad. No pierdan el tiempo.

La musa se ahogó en su propia sangre.

 

 

Mira el creer que el verso llega eterno,
como si pariera la mente un sol;
más hoy se descubre mendigo alterno,
con pluma tan sosa como un farol.
Manos imploran, buscan poesía,
desconocen el pulso que regía.

 
Enjuicia con cara de gran profeta,
rasca la barbilla con gesto ruin;
la musa no te esculpe su silueta,
dejando estéril en el torpe fin.
Eres monumento de falsa gloria,
fraude tembloroso sin una historia.

 
Escribe retazos con aire muerto,
titulando “poema” a gris basura;
el talento pudre su desconcierto,
sin ver que la forma es simple locura.
Tu nota es un guiño de letra corta,
una lira sin alma, cero aporta.

 
El tedio te observa con ceño frío,
páginas gimen de puro barullo;
quisiste fingir un poder tardío,
mas todo quedó en cliché de capullo.
El arte te aborta sin compasión,
pariendo un feto atroz sin redención.

 
Presumes que sufres por ser artista,
¿Excusa la cruda el mal bebedor?
Te inventas fábulas de gran purista
pero solo exhibes tu deshonor.
La lírica ríe de tu tormento,
no hay mártir, solo pena y puro cuento.

 
El búho declama con gesto altivo
las verdades robadas al falsario;
la noche lo aclama en falso motivo,
mientras recita un guion centenario.
Sus ojos destilan sabia impostura
no es más que un loro fingiendo cultura.

 
Así termina la mente vacía,
manchando la tinta sin vocación;
la pluma se oxida, la voz se enfría,
no queda ni rastro de inspiración.
El mundo prosigue sin tu estertor,
ya nadie llora, un embustero autor.

 

 

La Hechicera de las Letras.

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Comentarios +

Comentarios5

  • Mª Pilar Luna Calvo

    Espero que todo sea pura fantasía, que sea algo general, sin una persona concreta, un saludo.

    • La Hechicera de las Letras

      No es fantasía, Aliada de la Foresta. Retrato la putrefacción que muchos artistas esconden bajo el velo del talento. Hablo de esa pérdida que ninguno admite: la inspiración muerta, la repetición vacía, el fingimiento del “genio” que se admira a sí mismo porque ya nadie más lo hace. La autoidolatría convertida en estilo, la vanidad confundida con arte.

      El poema no cuenta un sueño: expone una enfermedad. Cada imagen —la musa ahogada, la pluma oxidada, la voz que se enfría— no busca adornar, sino mostrar la verdad humana que el artista teme mirar cuando se mira en su cristal interior.

      Describo la muerte tangible de la inspiración. No hay nombres ni rostros, solo cadáveres de plumas, versos vacíos y “artistas” que fingen sentir lo que ya no existe. La musa no muere por azar, se ahoga en la soberbia de quien la explota; el arte aborta cuando el creador escribe sin pulso, la palabra se pudre cuando se usa para simular profundidad y se escribe con superficialidad y clichés. No hay una persona detrás del verso, hay una especie entera: el falso artista, el que confunde inanidad con creación, fama con talento, forma con espíritu.

      Saludos.

      La Hechicera de las Letras.

      • Mª Pilar Luna Calvo

        Cuando se va la inspiración es mejor descansar por un tiempo y volver recuperada, pero no dejarlo. A veces escribimos por inercia, sin inspiración, para salir del paso, eso es verdad, un saludo.

      • El Hombre de la Rosa

        Hermoso tu genial versar estimada poetisa y amiga La Hechicera de las Letras
        Saludos desde España
        El Hombre de la Rosa

        • La Hechicera de las Letras

          Lo que ves en mi versar es la esencia de la pluma sin musa, donde la falta de inspiración convierte cada obra en un fracaso creativo, con obras inútiles como resultado. Como siempre, honesta y segura.

          Saludos, estimado Hombre de la Rosa.

          La Hechicera de las Letras.

        • Nkonek Almanorri

          En casos muy concretos y determinantes el brabucón, ya populista convencido, se convierte en autor sólo cuando se vuelve fuente de desinformación y busca desesperadamente un reconocimiento solo de sus adeptos: Pobreza intelectual, moral, ética y hasta humana acorde a los tiempos presentes a los cuales se agarran por simple instinto de sobrevivencia.

          • La Hechicera de las Letras

            Tu comentario expone una dimensión desde un ángulo social y ético, ampliando la exposición del texto más allá de la poesía o el arte en sí: no solo condena la falta de inspiración o mediocridad artística, sino también la nimiedad intelectual, moral y ética del autor que finge crear o reflejar: no se trata solo de la falta de inspiración o de la indigencia creativa artística, sino de cómo esta mediocridad se refleja en el autor mismo: su arrogancia, su vanidad y su ego inflado lo convierten en un falsario cuya obra es falta de genio y su pretensión de grandeza, absurda. Cuándo la creación carece de verdad y sustancia, también lo hace el autor: su pobreza intelectual, moral y ética queda al descubierto y el mundo continúa indiferente ante su estertor. La crítica no es solo literaria, es un ajuste de cuentas con la impostura humana disfrazada de arte.

            La Hechicera de las Letras.

            • Nkonek Almanorri

              Tiendo, no sé si es un error o un acierto, a ir siempre más allá de lo que podría, se podría, llamar, ocasionalmente y en lo que a mí respecta poesía, o un simple un escrito con otro pensamiento: todo es una especie de mirada distinta con apariencia supuestamente conflictiva, para algunos, que tienden quedar en la superficie, o debajo, de otras realidades, que las hay. Escribir por escribir y a la vez ser complaciente con todo lo que hay y existe, y que además es impuesto, es ser cómplice absurdo de todas las mentiras, que no es que sean muchas sino que son todas las que nos ponen delante. Es difícil no pretender señalar e incluso atosigar a los mediocres máxime cuando éstos son los causantes de tanto silencio crítico y nimio a la vez; mejor dejarles solos ante sus propias vanidades, sus creencias vacías de toda lucidez; el camino puede y debe ser otro: leer diferente para poder hablar y escribir diferente, apartar y apartarnos de los que nada tienen y por tanto nada pueden dar.

              Gracias por tu comentario. Abrazos desde la lejanía.

            • Una voz

              Un poema vívido, que respira porque se alimenta de verdades inconfundibles. El arte ha sido sacrificada para invocar la modernidad, donde se hace alarde de cualquier vacio e idiotez, y le llaman arte, asesinando a la que legítimamente merece ese nombre. Esto tiene historia y es cuando se dijo arte por el arte, pero terminó así arte sin arte o arte que no es arte. El arte digna escupe su verdad, vomita sobre el anfitrion hipócrita que ofrece banquetes cuando es avaro de corazón. Un poema memorable, duro, puede que no sea bien recibido por muchos pero eso no le resta el aplauso que merece, y el honor que lo ensalsa por sobre el falso arte.


              Dios te bendiga Hechicera de las Letras

              • La Hechicera de las Letras

                No erras, Una Voz. Lo que respiras en esos versos no es metáfora: es exposición. El arte murió el día en que necios lo declararon “democrático”, cuando toda torpeza comenzó a llamarse expresión y toda nulidad, genio incomprendido. Desde entonces los espectros literarios posan en los escenarios y los aplauden ciegos.

                La musa no se ahogó en agua lírica; se suicidó avergonzada de ver su nombre en bocas sin espíritu. No es falta de inspiración: es la descomposición del alma que se atreve a fingirla y pretende destilar belleza.

                El poema dialoga el punto exacto en que el verso deja de ser revelación para convertirse en performance. Es ahí, donde el artista ya no crea sino que lo pretende, comienza la verdadera muerte. No del arte, sino del ser que se cree su dueño.


                La Hechicera de las Letras.

              • Santiago Alboherna

                La beligerancia del poema es necesaria, certera, fuerte, arrogante, implacable, convincente. Tu hechizo convirtió, cual plaga bíblica, el agua en sangre. Pero este, como todo acierto que se da en medio de la perversión líquida de la posmodernidad, tiene un costo: la impopularidad, el rechazo o el contraataque infundado. Todas armas éstas de un mismo personaje, el alineado posmoderno. Pero x fortuna, Cara Maga, ese costo a vos no parece afectarte mucho, lo cual es digno de congratulación.

                Pax, pax tibi Cara Maga, et lux in tenebrissss

                • La Hechicera de las Letras

                  Que aplaudan los pseudoautores o se indignen los falsarios; la impopularidad es un elogio disfrazado Poeta Carente. Mientras tanto, los que se creen poetas apenas escarban en la superficie, repitiendo fórmulas ajenas y titubeando frente a la hoja blanca. Sus versos carecen de ansia, de fuerza, de hambre real por descubrir lo que la palabra puede hacer. No hay riesgo, no hay pasión, solo imitaciones por débiles sin sustancia, que me resultan irrelevantes. Que el pretencioso se consuma en su propia esterilidad, la esencia de lo auténtico está en aquellos, que manifiestan los versos que surgen de una necesidad genuina de crear y explorar.

                  Pax, pax tibi Poeta Carente, et lux in tenebrissss


                  La Hechicera de las Letras.



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