Somos tan distintos,
recipientes de vidrio,
incoloros, de una igual
pasta o casi, duros o ca
si igual de duros en razón
de la crianza, la circuns
tancia varia, especial, es
pecífica de cada uno —de
ti, de mí——siempre mé
preguntado por qué ti no
lleva acento y mí sí, lo to
mo como una especie de
discriminación léxica y no
me gustan las discrimina
ciones, sea cual fuese su
naturaleza, su ralea—.
Somos tan distintos y tan
iguales por partes iguales
que me asombra, y al ser
objeto de asombro las pala
bras, siempre dispuestas a
salir en tropel cada vez que
se las convoca, o casi cada
vez, se me quedan como atas
cadas en un acúmulo que a
menaza con reventar.
Distintos, pero de una distin
tez caleidoscópica, compleja,
de esas distinteces que para
cerciorarse de que lo son hay
que pararse a analizar cada ele
mento, cada sintagma, y en una
esquina, en un recoveco inédito,
y solo si se busca con ahínco, sur
ge la diferencia, y es ahí cuando
todo cobra sentido, todo se expli
ca, adquiere visión de conjunto.
Tan distintos, tan iguales, tan al
alcance, tan distantes, y es misma
la sustancia que debe llenarnos, y
nos hace rodar camino abajo, por
la ladera que sale del pueblo, esa
donde Marcelino juega al fútbol,
con sus amigos, cayendo la tarde
y la madre sobre el alféizar grita
la cena, y él, oídos sordos, sigue
la narrativa del juego, en pos de
una victoria que no sirve de nada.
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Autor:
Albertín (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2025 a las 12:32
- Comentario del autor sobre el poema: Hay semejanzas tan aparentes como mentirosas.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Antonio Pais, EmilianoDR, Lucía gómez
Comentarios1
siempre mé preguntado ((bien si es una forma propia)) ((sino, me he preguntado))
Si de algo sirve (google):
"Mí" con tilde es un pronombre personal tónico de primera persona del singular, que se utiliza después de una preposición (como "para mí", "por mí", "a mí", "sin mí") para sustituir al sustantivo "yo" y distinguirse del adjetivo posesivo "mi".
"Mí" lleva tilde diacrítica para diferenciarlo del adjetivo posesivo "mi" (mi casa, mi libro). En cambio, "ti" no lleva tilde porque no existe un adjetivo posesivo "tu" (la palabra "tú" sí lleva tilde) o ninguna otra palabra con la que pueda confundirse.
Hoy por ti, mañana por mí. Saludos
El mé es una autología. Lo demás lo sabía. Una cosa es mi opinión académica o no literaria, y otra es la literaria, o ficcional. Otro de vuelta. No confundamos la realidad y la ficción, bródel jaja.
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