Padre,
te pedí una mirada
y me diste silencio.
Madre,
te pedí un abrazo
y me diste distancia.
Quise moldearme a su forma,
pero en cada golpe de escoplo
caían pedazos de mí.
En sus manos,
fui una marioneta
que nadie quería mover.
Un cuerpo quieto,
colgado del techo
de la indiferencia.
Los quise
con todo lo que era,
pero lo que era
nunca les bastó.
Y aquí sigo,
con hilos invisibles
anudados al vacío,
preguntándome si alguna vez
fui más que un muñeco roto.
En mi boca
ya crecieron hilos invisibles
que nunca podré arrancar.
El amor por ustedes
me hizo perdonar
cada herida que dejaron.
En mí vive un vacío
que jamás logré llenar.
¿Seré siempre
solo una marioneta sin alma
para ustedes?
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                        Autor:    
     
	VioletaP.P (Seudónimo) ( Offline) Offline)
- Publicado: 14 de septiembre de 2025 a las 21:57
- Comentario del autor sobre el poema: Realmente quiero alcanzar sus espectativas, pero por más que lo intento, no lo logró, sólo quiero sentir que no soy un fracasó, padre, madre, ¿alguna vez fui más que solo una estúpida marioneta?
- Categoría: Triste
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Una voz, Carlos Armijo Rosas ✒️

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Comentarios1
A los padres cuando se equivocan es mejor no decirles nada. No obstante no tienes que repetir sus errores en tu propia vida, así les darás doble honra, al forjar para ti la mejor vida posible, y respetarlos aun con sus errores, pués nadie es perfecto.
Dios te bendiga.
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