Mi abuelo Dámaso,
árbol nacido entre las rocas,
recto y sensible,
dibujaba historias
con el nombre de los pájaros
y de las hierbas del campo.
Sus manos sostenían los libros
que alimentaban
una vida de compromiso
mientras la suerte marcaba el paso
a una guerra de sangre y de nieve,
de huesos de hielo
y naranjas amargas.
Que no hay más Mandamiento
que el amor que trae la libertad,
y ofreció su vida impropia
para salvar a su hermano
cuando el infierno blanco
se coloreaba de rojo
y la suerte se movía
sin pedir permiso.
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Autor:
Pilar Luna (
Offline)
- Publicado: 13 de septiembre de 2025 a las 20:41
- Comentario del autor sobre el poema: En la guerra civil española, el hijo menor de cada familia podía quedarse en casa para sostener a los padres y continuar con el trabajo. Mi abuelo era un hombre recto, culto, con la mente fuerte y muy buena persona. Su hermano mayor debía ir a la guerra, ambos estaban casados y tenían familia, pero su hermano era demasiado sensible, tenía una fragilidad que sentías que debías protegerlo, eso también me pasaba con él, así que no pudo dejar que fuera a la guerra y se ofreció él para ir en nombre de la familia. A cambió le encargó a su hermano que debería trabajar sus tierras hasta su regreso para no dejar desamparada a mi abuela y mi madre que era un bebé. Lo de naranjas amargas es porque es lo que comía cuando estuvo en el campo de concentración, y regresó a casa que no pudo trabajar de debilidad en mucho tiempo.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Salvador Santoyo Sánchez, Tommy Duque
Comentarios1
Son estupendas letras, dignas de un aplauso.
El regresar de una guerra es maravilloso.
Pero mucho mejor en tu caso poder contarlo.
Felicidades muy buen trabajo.✅✅✅
Recibe mis saludos y mi reconocimiento a tu trabajo.
Estimada poetisa Pilar Luna 🙋♂️
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