Pilar Luna

Y FUE A LA GUERRA POR AMOR

Mi abuelo Dámaso,

árbol nacido entre las rocas,

recto y sensible,

dibujaba historias de sal

con el nombre de los pájaros

y de las hierbas del campo.

Sus manos sostenían los libros

que alimentaban

una vida de compromiso

mientras la suerte marcaba el paso

a una guerra de sangre y de nieve,

de huesos de hielo

y naranjas amargas.

Que no hay más Mandamiento

que el amor que trae la libertad,

y ofreció su vida impropia

para salvar a su hermano

cuando el infierno blanco

se coloreaba de rojo

y la suerte se movía

sin pedir permiso.