Lo que no se nombra

D. Méndez


AVISO DE AUSENCIA DE D. Méndez
Me perdí en el mundo real, por favor mientras no estoy, no se maten.

Nos encontramos en el filo,

donde el deseo es apenas un susurro

y la carne todavía no sabe pronunciarse.

 

Tu voz no me toca,

pero algo de ella

se desliza en mis costillas

como una confesión no dicha.

 

Estoy desnuda de pensamiento,

con la piel alerta

y los miedos bailando tangos

en mi vientre.

 

No hay promesa.

Sólo este temblor

que no se atreve a decir “quiero”

pero ya se está incendiando.

 

Y tú —casi sin moverte—

ya me habitas,

en ese lugar donde el amor y el vértigo

comparten la misma cama.

 

 

 

 

 

 

 

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Comentarios +

Comentarios3

  • El Hombre de la Rosa

    Fantastrico y genial tu hermoso y genial versar, gracias
    Recibe un abrazo de Críspulo Cortés
    El Hombre de la Rosa

  • Nkonek Almanorri

    Ese filo que mencionas y que es también el susurro que envuelve la carne lo es todo: principio y final.

  • liocardo

    De principio, escribes muy bien. Expresas tu pasión sin tapujos, aunque espero algo de seda para desnudarte de a poquito.

    Es el ardor que impresiona, el arte hecho mujer deshabitada.
    Lio



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