He intentado introducir los dedos,
en el manto oscuro de la noche,
acariciar con ellos las sombras,
y el misterio de la oscuridad que se vacía,
sobre los cuerpos desnudos,
tocar sutilmente la viola erótica de la espalda,
rozar con los dedos los labios gustosos,
acercar la boca al cofre irresistible de tu boca,
estrujar los pechos con la tímida piel de mi rostro,
y saborear así la intimidad ingenua que entrega las tinieblas.
Tinieblas que se transforman en bálsamos.
Bálsamos que mudan a caricias.
Caricias que se desfiguran en las entregas.
Entregas que se consuman en los cuerpos.
Cuerpos que renacen entre sombras.
Sombras que fallecen con el alba.
Con el anhelo ingenuo de introducir los dedos,
en el manto oscuro de la noche.
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Autor:
Jose Barrientos (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 23 de mayo de 2025 a las 10:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Mauro Enrique Lopez Z., Una voz, pasaba
Comentarios1
Un poema verdaderamente original, con un lenguaje íntimo, provocador, sugestivo, perfecto para susurrarlo a los oídos de aquella a quien nuestro corazón inclina su capa de amor.
Dios te bendiga.
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