Después de haber hecho referencia a muchas obras maestras de la literatura universal, llega el momento de presentar «Paco Yunque», un relato infantil que el talentoso autor peruano César Vallejo escribió en 1931 (el mismo año en el que apareció «El tungsteno»).
Este texto publicado en 1951 después de ser rechazado por varios editores se transformó, con el tiempo, en material de lectura obligatoria en el ámbito escolar peruano.
Decidido a transformar su creatividad literaria en denuncia social, el escritor nacido en Santiago de Chuco el 16 de marzo de 1892 elaboró un cuento que tiene como protagonista al hijo de una empleada doméstica que trabaja en la casa del alcalde del pueblo, Dorian Grieve.
La vida de Paco Yunque, tal el nombre del personaje principal, sufre una gran transformación una vez que deciden enviarlo a la escuela con el propósito de acompañar a Humberto, el hijo del patrón.
Para él, asistir a clases era una novedad, pero el ambiente escolar le resultaba hostil y lo aturdía con tantos niños juntos.
Al recibirlo en el salón correspondiente, el profesor decide ubicar al compañero de Humberto junto a Paco Fariña, un estudiante que pronto decide transformarse en su protector para defenderlo de los abusos y maltratos a los que lo somete Grieve.
Por ser descendiente del hombre más poderoso del pueblo, Humberto goza del respaldo del maestro, un hombre severo con todos excepto con él. Esta actitud tolerante por parte del adulto llega a provocar una injusticia durante un examen.
Ese día, mientras todos sus compañeros respondían el cuestionario planteado Humberto dedicó su tiempo a decorar con dibujos su cuaderno. En el recreo, además, el despreciable niño hizo llorar a Paco Yunque y aprovechó la situación para regresar al salón y firmar con su nombre la prueba realizada por el humilde muchacho.
Mucha es la impotencia de Yunque cuando descubre que su examen ha desaparecido. Al no poder explicar la falta de la evaluación, el pequeño es descalificado y castigado con reclusión, mientras que Grieve, gracias a una desleal y sucia estrategia, consigue la calificación más alta y su nombre es distinguido en el cuadro de honor de la institución.