¿Quién fue Ibn Hazm, padre de la religión comparada?

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Ibn Hazm, estatua de Córdoba

Entre las figuras más destacadas de la Europa del siglo XI encontramos a Ibn Hazm quien, mientras la paz del continente estaba en manos de extremistas religiosos dispuestos a emprender cruzadas contra quienes no asumieran la religión cristiana, él comenzó a anticiparse a la conformación de un nuevo mundo y bosquejó las primeras ideas de tolerancia, que darían pie a largo plazo a lo que hoy conocemos como Religión comparada. En este artículo vamos a repasar su vida y obra y la forma en la que su pensamiento poético y filosófico ha influido en la literatura posterior.

Vida de Ibn Hazm

Ibn Hazm nació en Córdoba el 7 de noviembre de 994 d. C., en el seno de una familia noble andalusí. Transcurrió sus primeros años en esa bella época de esplendor del califato omeya y fue testigo del mejor momento cultural en el que el esplendor intelectual y el florecimiento de la cultura eran una realidad. Pero pronto también descubrió la cara triste de la situación, las guerras civiles, la fragmentación del poder y el ascenso de los reinos de taifas.

Demostró a una edad temprana un marcado interés por la vida cultural y buscó hacerse un lugar en las esferas intelectuales y literarias del momento. Desarrolló un pensamiento multidisciplinar entre la teología, la filosofía, la poesía y la filología y fue creando una visión crítica y sumamente lúcida de su tiempo. Se lo conoció pronto en los ámbitos literarios por su Collar de la paloma, un tratado sobre el amor y sus síntomas.

En 1023 se convirtió en visir, al ser elegido por el nuevo Califa de Córdoba Abderramán V. Pero esta experiencia duró muy poco, tras el derrocamiento del Califa, y terminó con Ibn Hazm en la cárcel. A partir de ese momento decidió abandonar la política y dedicarse por entero a la filosofía y al estudio del comportamiento y la comunicación entre religiones. Falleció el 15 de agosto de 1064 en una finca retirada en la provincia de Huelva.

Figura de romance árabe

Ibn Hazm desarrolló un pensamiento en torno al amor, la religión y el deseo

La búsqueda incansable de la verdad

El pensamiento de Ibn Hazm se caracteriza por haber mostrado una firme radicalidad en la búsqueda de la verdad. Algo que ejerció indagando en la profundidad de los textos sagrados. Enemigo acérrimo del dogma y la literalidad, buscó palabras verdaderas en ese mundo que se debate entre lo turbio de quienes detentan el poder, y la caridad y el compromiso con el otro que es la base de todo pensamiento religioso.

Fue tan erudito que supo manejar con dominio el árabe, el latín, el hebreo y el siríaco. Esto le permitió acercarse a las fuentes de los textos bíblicos y evangélicos y estudiarlas con una profundidad que cambiaría la mirada que los mismos tendrían para la historia del pensamiento teológico. Para Ibn Hazm, la verdad debía buscarse a través del análisis riguroso de los textos y no por la autoridad de la tradición. Ése fue su gran legado.

Se lo considera como uno de los primeros pensadores en ofrecer una crítica comparativa de las religiones, con una metodología que no se apoyaba únicamente en el debate apologético, sino en la confrontación de fuentes, la atención a los contextos históricos y la refutación lógica. Su obra Al-Fisal fi al-milal wa al-ahwa wa al-nihal (conocida en nuestro idioma como La distinción entre religiones, herejías y sectas), cambió la forma de ver a las religiones. En ella, Ibn Hazm analiza en profundidad las religiones abrahámicas —judaísmo, cristianismo e islam— con una actitud que podríamos calificar de proto-científica. Denuncia interpolaciones en los textos bíblicos y descree con ciencia ideas como la de la santísima Trinidad y varias contradicciones evangélicas.

Dado su interés por la verdad y su manera de criticar ciertas religiones se ganó el odio de muchos, de diversas religiones. En Sevilla, la Inquisición mandó a quemar sus libros y el propio Ibn Hazm se vio empujado al exilio, apartado del poder y de la admiración que se merecía. Más allá de sus tratados teológicos, fue un defensor de la libertad de pensamiento y reflexionó sobre cuestiones como el amor y la felicidad.

En un tiempo como el nuestro, en el que las diferencias religiosas vuelven a usarse como fronteras o trincheras, la lectura de Ibn Hazm puede ser todo lo que necesitamos para pensarnos mejor, puesto que nos invita a realizar una nueva interpretación del pensamiento, más ética, más empática. Necesitamos entender al otro no para reducirlo ni negarlo, sino para ampliar nuestra propia mirada de nosotros mismos y de los demás.

Ibn Hazm

Ibn Hazm marcó un antes y un después en la historia de la literatura



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