Uno de los escritores más significativos dentro del género de aventuras y de ciencia ficción es, sin lugar a dudas, el francés Julio Verne. Así, sus obras se han convertido en clásicos, en libros de obligada lectura y en referentes para otros autores.
Pero no sólo eso. Muchas de las novelas que salieron de aquella pluma han pasado a ser auténticos hitos históricos. ¿Por qué? Porque en ellas se vaticinaron ciertos adelantos tecnológicos de los que disfrutamos en la actualidad.
En este sentido, los trabajos más significativos de Verne al respecto fueron los siguientes:
Robur el Conquistador. En el año 1886 fue cuando se publicó este relato en el que se plantea la existencia de lo que hoy es el helicóptero, que no fue hasta la década de los años 40 cuando se presentó, fabricó y produjo como tal.
Ese medio de transporte se convierte en eje central de esta narración. Y es que en la misma se nos acerca a la figura de un inventor estadounidense llamado Robur que decide presentar ante un grupo de expertos su última creación: una aeronave.
Los asistentes a ese evento se burlan de él y lo consideran casi un loco, por lo que decide tomar cartas en el asunto. En concreto, lleva a cabo el secuestro de varias personas importantes a las que introduce en el helicóptero que ha creado. De esta manera es como consigue demostrarles que no sólo es útil sino seguro y eficaz.
Una ciudad flotante. 1870 fue el año elegido por Julio Verne para publicar esta otra novela que gira en torno a un transatlántico, que se presenta como el vaticinio de lo que sería el afamado Titanic.
En concreto, la historia cuenta cómo un barco de espectaculares dimensiones, llamado Great Eastern, está realizando una travesía de gran distancia, la que une la británica Liverpool con la estadounidense Nueva York.
Aquel es un barco de vapor muy lujoso donde viajan numerosas personas que tendrán que hacerle frente a un problema inesperado: la existencia de un fantasma. Todo ello sin pasar por alto otros contratiempos como el duelo que se establece entre dos caballeros, por culpa de un juego y también por el amor de una mujer.
20.000 leguas de viaje submarino. Uno de los libros más importantes de cuantos salieron de la pluma del escritor francés que nos ocupa es este, que se ha considerado el que anticipó la creación del submarino.
1871 fue el año en el que vio la luz la obra, que cuenta cómo un arponero, un sirviente y un biólogo son hechos prisioneros por el Capitán Nemo. Este es un lobo de mar que recorre el mundo en una nave submarina, llamada Nautilus.
Así, a través de esa embarcación que viaja por debajo de la superficie del mar, serán cómo los personajes irán conociendo más a fondo la peculiar forma de ser de su raptor así como diversos rincones espectaculares del planeta tales como la Polinesia o la Atlántida. Por supuesto, sin pasar por alto que también tendrán la oportunidad de descubrir peculiares artefactos creados por el capitán como escafandras o fusiles eléctricos.
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