Machu Picchu: Música, poesía y patrimonio

«Entonces en la escala de la tierra he subido
entre la atroz maraña de las selvas perdidas
hasta ti, Machu Picchu».

Pablo Neruda es, sin lugar a dudas, uno de los poetas latinoamericanos más fructíferos. Ha dejado a su paso un sinfín de poemas que han cautivado a millones de personas, y son muchos los músicos que han puesto melodía a sus versos. Entre ellos se encuentran artistas famosos como Joaquín Sabina y Alex Ubago y «Los Jaivas», una banda chilena que se formó en 1963, y combina rock progresivo con zamacueca, utilizando instrumentos y ritmos latinoamericanos, especialmente andinos.

«Los Jaivas» han puesto melodía a «Alturas de Machu Picchu», una de las obras más emblemarias de Neruda, un conjunto de poemas escritos por el poeta como homenaje a ese lugarcito de la tierra que tiene tanta historia y que posee en su interior tristeza, esfuerzo y cultura, Machu Picchu.

Centenario del descubrimiento de Machu Picchu

Con motivo de los 100 años del descubrimiento de las ruinas de Machu Picchu, el gobierno de Perú, organizó un acto conmemorativo para el cual «Los Jaivas» fueron invitados especiales. En su presentación interpretaron las canciones del álbum «Alturas de Machu Picchu», donde musicalizaron los poemas de la obra homónima de Neruda. Dicho álbum fue grabado hace 30 años y es uno de los que los llevó a hacerse conocidos en toda la región .

Los integrantes del grupo aseguraron que era para ellos un honor haber sido invitados a tan importante evento: «Es un regalo que nos llega del cielo. Nunca nos imaginamos volver con nuestros instrumentos y, además, interpretando esta obra, «Alturas de Machu Picchu», que fue creada especialmente para esta ciudadela».

Fue un encuentro muy emotivo, donde el conjunto chileno, rindió un homenaje, no sólo al lugar, sino también a toda la cultura peruana y, por supuesto, al gran poeta chileno, Pablo Neruda, gracias al cual pudieron realizar este disco «Alturas de Machu Picchu» que es un hito en su carrera artística.

Pablo Neruda y Machu Picchu

El 12 de julio de este año se cumplen los 107 años del nacimiento de Pablo Neruda, así que la preciosa forma de recordarlo en Machu Picchu, en las inmediaciones de su aniversario, es una prueba más de lo imprescindible que ha sido este hombre en la cultura de toda Latinoamérica.

Pablo Neruda será recordado no sólo por sus preciosos poemas, sino también por su inmensa voluntad de cambiar la realidad que lo rodeaba. Militante hasta el cansancio, un hombre sin miedo a ser criticado e incluso capaz de exponerse a las más peligrosas situaciones, con tal de no abandonar sus ideas.

Comunista, sensible, amable, un poco huraño a veces y por supuesto, capaz de ponerse en la piel de los más débiles. Fue poeta desde el primer pelo de su cabeza hasta el último, y volcó sus ideas políticas en numerosos versos, ensayos y escritos políticos.

En 1971, Neruda recibió el Nobel de Literatura como premio a su labor incansable de poeta y por su integridad como persona. De él casi todos los escritores y poetas han dicho que fue un grande, de los mejores en lo que a poesía respecta y sobre todo, han valorado inmensamente su capacidad de lucha, de no renunciar a su ideología y de manifestarse siempre en contra de los actos nefastos; se lo considera uno de los veintiséis autores centrales del canon de la literatura occidental de todos los tiempos.

Infancia, naturaleza y Crepusculario

La vida de Neruda estuvo marcada por el sufrimiento temprano. Cuando apenas tenía un mes de vida, su madre falleció como víctima de la tuberculosis. Su padre y él se mudaron a Temuco, donde su cercanía con la naturaleza fue lo que le permitió ir comprendiendo la vida y volcarla a través de sus poemas; así pudo plasmar cuestiones como la soledad, la vida de la tierra, la desesperanza y el amor de una manera magnífica, que lo llevó a convertirse en uno de los grandes poetas de su tiempo.

Neruda era un apasionado de las puestas de sol, se dice que cada tarde cuando el crepúsculo amenazaba con llevarse las últimas luces del día, el poeta se acercaba a su balcón de la pensión en la calle Maruri, en Santiago de Chile, y contemplaba ese cúmulo de colores en lo que se convertía el cielo…y escribía, porque aquello, las luces amarillentas y rojizas que cubrían su cielo, lo inspiraban de tal forma que necesitaba escribir…

Y escribía, y eran sus versos los más tristes, los más desesperanzados, y a la vez, los más vanguardistas, su poesía venía a romper con las normas establecidas, escribía porque amaba las letras y nada lo sofrenaba para expresar lo que cobijaba su alma cada vez que el sol se perdía en el poniente.

«Crepusculario», es sin lugar a dudas, el libro más recomendado para encontrarse con el Neruda de los años veinte. En esta obra, se puede apreciar la inmensidad del mar, de las gaviotas, los espacios que recubrieron su niñez de vida y encanto y la presencia infalible de la mujer, vista por el poeta como un ser etéreo, sutil y versátil, concepción que tiene sentido teniendo en cuenta que al haber perdido a su madre de tan pequeño puede que nunca haya visto a las damas como algo real, sino más bien como un espejismo o algo intocable y perfecto.

Esta obra no fue bien recibida por las críticas, y cuando poco después publicó «Veinte poemas de amor y una canción desesperada», fue tal el entusiasmo de quienes lo leyeron, que su primera obra cayó en el olvido; sin embargo, si bien por tratarse de una creación anterior aún le falta mucho para asemejarse a sus posteriores obras, no tiene mucho que envidiarles. En muchos aspectos, «Crepusculario», puede ofrecer un amplio acercamiento a lo que fue la poesía de este increíble poeta.

Comentarios2

  • ChefsitoLove

    exelente heeeeee

  • Luhiv Luphin

    Se viste de gala la poesia



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