Literatura y redes sociales

Leer es un acto silencioso, sin embargo, ¿a quién no le gusta compartir con sus amigos las cosas que lee? Cuando salimos de un libro estamos tan afectados por la experiencia que algo en nosotros necesita ponerse en contacto con la realidad y compartir esa lectura. En esta era de conversaciones simultáneas compartir lecturas es uno de los pasatiempos de muchísimas personas tanto en las redes sociales como en foros especializados. Hoy escribo sobre el vínculo entre las nuevas herramientas de comunicación y nuestro gusto lector.

Espacios virtuales para lectores apasionados

Vivimos en una era de oportunidades. Internet es una herramienta impresionante que puede llevarnos, si lo usamos bien, a cumplir alguno de nuestros sueños (u objetivos) y a diseñar una vida más o menos acorde con lo que pensamos y deseamos. Por supuesto, donde están las oportunidades también está la perdición: esa línea delgada que divide el tiempo bien usado y los días que se abollan sin sentido en una papelera. Pero no es sobre ello que quería escribir, sino sobre las luces.

El avance desmesurado de las herramientas tecnológicas y el alcance masivo de ellas ha modificado absolutamente nuestra vida. No sólo nuestra forma de trabajar y de disfrutar del tiempo, sino también de querer y de enfrentarnos a la realidad. Y entre las muchas cosas que se han visto transformadas se encuentra la afición lectora y la difusión de la literatura. Y es que si bien es cierto que existe mucha basura en este mundo cibernético, también ha dado lugar a la creación de espacios muy interesantes donde los libros son protagonistas.

Hace una década cuando terminábamos de leer una novela, si teníamos la suerte de tener con quién compartirlo, nos reuníamos a debatir sobre lo que nos había causado y usábamos los libros como una excusa para crear nuevos lazos humanos, algunos que sobrevivirían al paso del tiempo. Con la llegada de Internet nuestra forma de leer ha cambiado, y también lo ha hecho nuestra manera de compartir lo que leemos.

Estrechar lazos lectores a través de las redes

Vivimos en una era de oportunidades. Sí, pese a que intentan imponernos una visión apocalíptica de la vida y las profesiones, esta realidad es mucho más rica y amplia de lo que creemos. El problema está en nosotros: estamos demasiado ciegos para ver todo lo que nos rodea, para apropiarnos de nuestra realidad y cambiarla. Y cuando hablo de oportunidades no sólo me refiero a las creativas (que son muchísimas) sino también a las nuevas ventanas de comunicación. Y es que tenemos a nuestro alcance mil maneras de estrechar lazos con personas diversas para enriquecernos mutuamente como individuos y como lectores.

Clubes de lectura, foros literarios, chats, son algunos de los numerosos espacios virtuales en los que la devoción lectora es protagonista. Rincones en los que podemos compartir aquello que leemos con otros lectores y, en ocasiones, conocer gente maravillosa con la que nos sintamos a gusto. Y posiblemente, negarnos la posibilidad de unirnos a la gran fiesta de las palabras sería una forma de desaprovechar nuestras herramientas.

Pero hay más. Las redes sociales han permitido reducir la distancia entre lectores y autores. Tener la posibilidad de charlar con esos escritores a los que hemos leído con fascinación me parece una de los grandes tesoros de esta era. Reducir la distancia implica ver a aquellos semidioses a quienes admiramos como personas comunes, hasta llegar a sentirlos casi amigos. Incluso, en ocasiones, conseguir establecer una relación más íntima que derive en recomendaciones lectoras. Sin duda, experimentar este tipo de «cruce de barreras» para acercarme a autoras y autores a los que admiro (y quiero) es para mí uno de los mejores tesoros de esta era tan extraña que transitamos.

Usar las redes sociales para compartir nuestras lecturas podría ser una de las grandes revoluciones de nuestro siglo: una buena forma de plantarle cara a la sórdida realidad que nos rodea y convencernos de que todavía hay luz. Termino este texto (un poco fervoroso, quizás) invitándolos a poner a prueba esas oportunidades que nos ofrece Internet y atreviéndose a transformar ese uso pasivo de las herramientas en una acción lectora, para volverlas espacios de debate, de mirar al otro, de pensar el mundo y de construir relaciones íntimas (que es el único modo, entiendo, de sentirnos a salvo).

Comentarios4

  • Rapsodico

    A este maravilloso artículo para los apasionados de la lectura e incluso para los que escribimos aunque no seamos de esos autores tan venerados, quizá le falten algunos ejemplos de esa realidad que describes con tanta pasión. Creo que sería interesante que nos ayudaras a encontrar algunas de las más interesantes redes o espacios, ¿no te parece? amiga Tes. Un abrazo.

  • Edna Diaz

    Muy buen artículo y comparto su opinion.

  • Tes Nehuén

    ¡Buen aporte! ¡Gracias! Prepararé un texto ampliando información.:) Un abrazo

  • Tes Nehuén

    Gracias, Edna (por cierto, ¡tienes un nombre bellísimo y literario!). Me alegra saber que te ha gustado. Un beso.



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