La obra de Martín Kohan

El escritor argentino Martín Kohan, quien hace tan sólo unos años fue galardonado por su obra «Ciencias Morales» con uno de los más prestigiosos premios de novela, el «Premio Herralde», acaba de presentar su último libro «Diario de un hombre pusilánime», una historia auténtica y llena de matices que se desarrolla en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca. En este artículo hablaremos de él y de su obra.

Mario Novoa es un hombre pusilánime y protagonista, de la última novela de Kohan. Un hombre que llega perdido a Bahía Blanca, sin demasiadas aspiraciones, tan sólo huir y llega a una ciudad yeta, retrógrada, ingrata, militarista, desértica, de la provincia de Buenos Aires. Una ciudad poco verosímil, donde todo puede ser posible y a la vez nada ocurre.

La literatura para Kohan

En una entrevista de Kohan me sentí sumamente identificada, decía que en una época le surgió la necesidad de atesorar libros, que la sola idea de reunirlos, de guardarlos le resultaba sumamente atractiva; no era por el hecho de releerlos, sino tan solo de atesorarlos, por el amor al libro como objeto. Este simple detalle de su vida me despertó ese amor de otra época, que a veces extraño. Esa necesidad de tocar libros, de saber que eran míos, supongo que muchos hemos pasado por esa etapa. El sentimiento de pertenencia con un libro es algo que no puede compararse con otra cosa, ah si, a escribir.

Martín Kohan nació en enero de 1967 en la ciudad de Buenos Aires. Es un reconocido escritor argentino, entregado a las letras desde hace tiempo y que ha publicado varios libros de ensayos, como «Imágenes de vida, relatos de muerte» y «Eva Perón, cuerpo y política», libros de cuentos, «Muero contento» y «Una pena extraordinaria» y seis novelas, entre las que se encuentran «La pérdida de Laura», «Los cautivos», «Museo de la Revolución» y «Ciencias Morales». Sus obras han sido traducidas al inglés, italiano, francés y alemán.

Para Kohan la literatura más interesante es aquella que analiza las huellas del pasado sobre la realidad actual, asegura que le parece mucho más productivo trabajar en base a las réplicas que pueda haber de un terremoto y no desde el terremoto en sí.

Escribir o producir libros

Dice que se sorprende de aquellas personas que se dedican a la literatura y que tienen ambición de estrellato, porque en verdad el verdadero sentido de escribir reside en mostrar una dimensión de la realidad, en proponer formas de intervenir con ella y esto tiene que ver con un trabajo de reflexión y no con figurar.

Agrega que está completamente en desacuerdo con que ciertas cuestiones literarias, discusiones que se llevan a cabo entre intelectuales, terminen llevándose al ámbito de lo personal y asegura que esto puede indicar sólo una cosa, que la literatura en sí parece no tener importancia ya a nivel social, como si a los escritores no les importara la literatura, sino SU literatura.

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La visión que Kohan tiene de las editoriales puede describirse en una simple frase. En una editorial si conseguís hacer circular 1000 ejemplares, te hacen pasar; 2.000, te sirven café; y ya si consigues 10.000 digamos que los tenés en el bolsillo.

El buen escritor posiblemente no quiera lectores a cualquier precio, prefiere escribir una buena obra que haga que 3 mil buenos lectores se acerquen a ella, que una mediocre que lleve a 3 millones a leerla. Los que consiguen ubicar tiradas de hasta 2000 o 3000 ejemplares entran en lo que Kohan describe como «guetto literario», una especie de grupo donde muchos no quieren estar pero otros lo prefieren a cambio de no defraudarse a sí mismos ni a la literatura.

La religión y la política en la novela de Kohan

En «Ciencias Morales» el autor utiliza la palabra para acercarse a la realidad con una mirada crítica a los preceptos religiosos que imponen castigos inverosímiles a quienes abren demasiado la boca. Una novela que habla sobre el silencio, la crueldad y la soledad.

El hecho de que ciertas cosas no pueden nombrarse, por una cuestión moralista y reservada. Además la historia acontece durante la dictadura militar, por lo que aquel silencio se ve aseverado por las cuestiones políticas; un silencio religioso y político, donde las personas no son totalmente libres ni de su alma ni de su intelecto, no son libres para elegir qué vida llevar, qué hacer, qué pensar.

Además hay una fuerte tensión entre lo que se dice y lo que no, por ejemplo el hecho de nombrar al pene de un tipo como «la cosa» genera una especie de rigidez en el ambiente, casi mayor que si las cosas se llamaran por su nombre. No nombrar permite acercarse a algo casi desconocido, intimidatorio y sugestivo.

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Asegura que intentó a través de la novela activar el verdadero significado de los signos y la proliferación de ellos cuando en realidad pueden ser representados sencillamente con palabras.

Kohan es un referente importante de la literatura argentina del momento; autor que sin lugar a dudas no debe faltar en nuestras lecturas.

Comentarios1

  • claudia2927@hotmail.es

    amigo yo no se mucho de estos temas pero algo que si comparto es gusto por libros me parecn sencillamente hermosos y me imagino que toda esa informacion que guardan esta en mi



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