La mujer tras las flores: la vida de V. C. Andrews

 
Un rasgo distintivo de la narrativa de Virginia Cleo Andrews (V.C. Andrews) son las enigmáticas casas que pueblan sus novelas. Desde el libro que le hizo ganar una gran cantidad de ventas, Flores en el ático, hasta la saga Dollanganger, sus novelas se encuentran pobladas de tramas intrincadas donde la familia es una trampa y el hogar, una especie de prisión con otro nombre. En el aniversario de su nacimiento, vamos a repasar algunos de los rasgos distintivos de la obra de esta escritora estadounidense.
 
 

Virginia Cleo Andrews, entre la enfermedad y la imaginación

Virginia Cleo Andrews —más conocida como V. C. Andrews— nació el 6 de junio de 1923 en Portsmouth, Virginia (EE. UU.), en el seno de una familia de clase trabajadora. Su vida estuvo marcada por el aislamiento, el dolor físico crónico y una creatividad desbordante que canalizó en relatos góticos, perturbadores y profundamente íntimos. Ya desde pequeña demostró una gran pasión por la literatura y la pintura. Pero fue durante su adolescencia cuando se aferró al arte como espacio de exploración íntimo. Una caída por una escalera escolar le provocó serios daños en la columna vertebral, y estuvo durante mucho tiempo sin poder moverse. Las cirugías posteriores no sólo no resolvieron el problema, sino que agravaron su situación: desarrolló artritis reumatoide, lo que limitó drásticamente su movilidad. Pasó gran parte de su vida adulta en una silla de ruedas, confinada en casa y cuidada por su madre.

Esta experiencia de aislamiento respecto al mundo exterior, hizo de Andrews se volcara por la creación artística —primero la pintura, luego la escritura—, encontrando en ellas una forma de expresión y resistencia. En su obra las características de su padecimiento físico quedaron plasmadas a través de algunos de los temas que más la obsesionarían: el cuerpo enfermo, el control ejercido sobre el cuerpo de otros, la represión y la familia autoritaria como causa principal de la tristeza, algo que estimamos extrajo de su propia biografía.

Virginia Cleo Andrews escribió en secreto durante toda su vida, y acumuló muchísimos manuscritos. Intentó publicar en varias ocasiones pero sus textos fueron rechazados. Recién en la década del setenta, cuando ya estaba arribando a los 50 años, logró vender su primera novela, Flores en el ático, una historia gótica de incesto, traición y encierro, que causó escándalo pero también fascinación. Se convirtió en uno de los libros más vendidos del año, con millones de copias distribuidas en todo el país.

Posteriormente, Andrews publicó Pétalos al viento, Si hubiera espinas y Mi dulce Audrina. A lo largo de cada uno de ellos, la autora desarrolló un estilo propio caracterizado por el melodrama intenso, las relaciones familiares enfermizas, la crítica velada al puritanismo y una profunda identificación con sus protagonistas femeninas, adolescentes atrapadas en contextos opresivos. En su última etapa, y debido a sus limitaciones físicas, Andrews escribía dictando a su madre o a una asistente, durante largas sesiones diarias. Era extremadamente meticulosa y perfeccionista, y aprovechó su escritura para canalizar experiencias propias traumáticas y exponer sus deseos reprimidos.

La crítica nunca comprendió la obra de Andrews, que fue tildada de popular y morbosa, sin embargo fue una de las autoras que mejor supo entender la manera de conjugar lo gótico sureño con el drama familiar y la novela de formación. Asimismo, su visión femenina de la vida interior de las mujeres fue sumamente importante y sirvió como espejo de inspiración para numerosas autoras de su tiempo.

Virginia Andrews falleció el 19 de diciembre de 1986, a los 63 años. En ese momento, su popularidad era inmensa. Tras su fallecimiento, su editorial contrató a Andrew Neiderman, un autor profesional, para continuar escribiendo novelas bajo su nombre. Desde entonces, se han publicado más de 70 libros firmados como “V. C. Andrews”, muchos de ellos inspirados en los esbozos o ideas dejadas por la autora. En ese sentido, la autora dejó abierta una discusión que todavía ocupa el centro de la conversación literaria: ¿puede el mercado dar continuidad a una voz que ya no está?

V.C. Andrews, entre la tristeza y la libertad

La cárcel del hogar

Con su novela Flores en el ático V. C, Andrews se dio a conocer en el mundo de la literatura. Y lo hizo de una manera contundente e inquietante. En esta obra mezcla el melodrama familiar, elementos del gótico sureño y una trama de formación enfocada desde la experiencia de ser mujer. La novela narra la historia de cuatro hermanos que, tras la muerte repentina del padre, son encerrados en el ático por su madre, donde vivirán durante muchos años. Las figuras de la madre y la abuela representan el castigo divino por el sólo hecho de existir.

Uno de los grandes aciertos de esta novela es que se encuentra escrita en primera persona por una de las víctimas, Cathy, quien relata en retrospectiva la experiencia traumática del encierro. A través de su voz vamos a presenciar el momento en que la madre los lleva a casa de sus padres con la promesa de que será solo por unos días, pero lo que hace es encerrarlos. Dicho encierro se prolonga durante años. Los niños viven en condiciones insalubres, sometidos a reglas crueles, castigos físicos y una alimentación cada vez más precaria.

En el centro del tema, la autora se ocupa de las relaciones complejas y ambivalentes que se desarrollan entre los miembros de una familia y el juego de poder que fomenta dichos vínculos nocivos. De alguna manera es una lectura sobre los aspectos más controvertidos de la vida familiar sin un ápice de moralismo y poniendo todo el énfasis en los sentimientos de los personajes.

Al volver a esta novela podemos apreciar el gran acierto de la autora a la hora de combinar lo gótico doméstico y lo siniestro en un relato íntimo donde hay horror y dramatismo. Sin lugar a dudas es una de esas autoras que ha sabido explorar de forma fabulosa la censura de la sensualidad y el deseo de libertad y rebeldía en una voz que se siente ahogada por los mandatos. Si no la has leído, te animamos a acercarte a su obra.

La novela más asombrosa de V.C. Andrews