La intensidad emocional y narrativa de Gesualdo Bufalino

Una de las figuras literarias más significativas y peculiares de cuantas han formado parte de la literatura italiana es Gesualdo Bufalino (1920 – 1996). Y es que este autor, de gran calidad narrativa y poética incluso, no sería hasta los sesenta años cuando comenzó a publicar sus novelas y a cosechar el pertinente éxito, que le valió reconocimientos como el Premio Campiello en 1981 o el Strega en 1988.

Sus inicios tardíos en la Literatura y la trágica muerte que le sorprendió en un accidente de tráfico hicieron que este escritor de pluma exquisita no pudiera legarnos más obras. No obstante, la mayoría de estas cuentan con un gran valor, como sería el caso de las siguientes:

Perorata del apestado

En el año 1981 fue cuando vio la luz este libro que tiene un marcado carácter autobiográfico, ya que gira en torno a un sanatorio de tuberculosos, similar al que, durante mucho tiempo, estuvo el autor.

En concreto, se acerca al lector a la vida en ese centro sanitario, donde profesionales sanitarios y pacientes intercambian ideas e impresiones acerca del presente y del futuro, incierto para muchos. Asimismo ese contacto diario entre unos y otros propicia que se establezcan incluso historias de amor imposibles, como la que vivirá el personaje central con una enfermera, conocida como Marta la bailarina.

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Las mentiras de la noche

Otro de los libros más interesantes realizados por Gesualdo Bufalino es este, que vio la luz en el año 1990.

La historia gira en torno a cuatro personajes (un poeta, un soldado, un aristócrata y un estudiante). Se trata de cuatro hombres que se encuentran encarcelados en una fortaleza situada en una siniestra isla. Se les acusa de haber atentado contra la vida del rey y han sido condenados a ser ejecutados.

Precisamente al día siguiente será cuando la sentencia se cumpla. Sin embargo, se les proporciona una vía de escape: serán liberados si en una urna, y de manera secreta, optan por escribir el nombre de la persona que se encuentra detrás del plan para asesinar al monarca. Así, si entre esos cuatro papeles aparece la identidad del culpable, todos serán puestos en libertad y nadie sabrá quién ha sido el delator.

Qui pro quo

1992 fue, por su parte, el año en el que se publicó esta otra novela del autor, en este caso enmarcada dentro del género policíaco y de suspense.

La trama da comienzo cuando un editor es asesinado en su casa de vacaciones. Una muerte que obligará a poner en marcha una investigación que se encargará de ahondar en las personalidades de los invitados que se encontraban junto al fallecido, ya que cualquiera puede ser el criminal.

Un sinfín de secretos y curiosidades de cada uno de los personajes serán los que salgan a la luz gracias a esa mencionada investigación y también a una serie de revelaciones que de manera póstuma se conocerán del muerto.

Y ante todo eso, hay una persona que cree dar con la identidad del culpable. Esa puntual detective será la secretaria de la víctima.

qui-pro

Además de estas novelas, también destaca especialmente de la bibliografía del autor italiano Argos, el ciego, que se publicó en 1993.



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