I El último Bécquer: Introducción a la poesía del posromanticismo

Gustavo Adolfo Bécquer es uno de los más destacados representantes del Romanticismo tardío en España. Su obra supuso una evolución significativa para la poesía en nuestra lengua y marcó un hito que serviría para la formación de autores ineludibles como Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y Federico García Lorca. Pese a que su obra más difundida es la de sus comienzos, es muy interesante pensar en sus últimos textos y la influencia de la enfermedad y el aislamiento en su literatura. Te traemos un artículo dividido en tres en el que te contamos algunos detalles de esta última etapa del poeta. En esta primera entrega hablaremos de la relación de Bécquer con el posromanticismo.

Breve semblanza de Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer nació el 17 de febrero de 1836 en Sevilla, España. Se lo considera uno de los más destacados poetas y narradores de la época romántica en la literatura española. No obstante su aparición, ya al final del Romanticismo, supuso la creación de una nueva estética, el posromanticismo, donde ciertos valores ya intuidos comenzaron a asentarse marcando un viraje rotundo en la estética literaria.

Bécquer creció en un entorno artístico y literario, ya que su familia estaba vinculada a las artes. A pesar de no recibir una educación formal extensa, su pasión por la literatura lo llevó a volcarse por la escritura desde muy joven, mostrando una inclinación especial por la poesía. Ya en sus primeros poemas se puede percibir su increíble talento y la sensibilidad y originalidad de su escritura.

A mediados del siglo XIX, Bécquer se trasladó a Madrid, donde comenzó a frecuentar los círculos literarios de la época. Sus principales obras son Rimas, Leyendas y Cartas literarias a una mujer.

En lo que respecta a su vida amorosa, Bécquer mantuvo diversas relaciones sentimentales que han sido objeto de especulación y análisis por parte de los estudiosos de su obra. Elisa Guillén fue su primera novia, con quien lo unió una relación breve pero intensa, y a quien dedicço algunos de sus poemas más famosos («Volverán las oscuras golondrinas» y «¿Qué es poesía?»). La familia de Elisa no aprobaba su relación con Bécquer por lo que ella decidió terminar con el poeta, quien nunca se recuperó del todo de esta decepción amorosa.

Posteriormente, Bécquer conocería a Julia Espín y mantendrían una relación prolongada, que también se terminó por decisión de ella. Pero quizá el nombre más misterioso y que más ha llamado la atención de los fanáticos de Bécquer es Castellana. No se sabe casi nada de esta mujer, aunque se cree que mantuvieron un romance en secreto porque ella estaba casada. Hay quienes opinan que fue una invención del propio poeta, para conseguir una musa a quien dedicar sus poemas. Queda claro que el amor fue una fuente constante de inspiración para Bécquer, que supo plasmar en sus versos toda la pasión y el dolor que experimentó en su corazón.

Bécquer y su aporte al posromanticismo

Entre las características principales de la obra de Bécquer habría que destacar su poesía melancólica y la construcción de una prosa evocadora. Su forma de trabajar el lenguaje le permitió sentar las bases de una nueva manera de escritura, que posteriormente se iría consolidando.

Las características más destacadas de su obra son la melancolía, la evocación de la naturaleza y el amor no correspondido. Compuso algunas de las rimas más importantes en nuestra lengua, a través de las cuales demostró su gran capacidad para transmitir emociones profundas y complejas.

El Posromanticismo fue un movimiento literario surgido en Europa en respuesta al Romanticismo. Se ubican sus inicios a mediados del siglo XIX y aunque se trató de una estética poco duradera, su influencia se extendió a lo largo de la literatura posterior, llegando a los albores del siglo XX y dejando su huella en numerosos movimientos artísticos.

Entre las cualidades principales del Posromanticismo podemos mencionar la exploración de temas oscuros y melancólicos, así como el uso de una prosa más sencilla y directa, en relación al Romanticismo. Además, los autores de este período rechazaban el idealismo romántico.

El Posromanticismo se caracterizó por una actitud crítica hacia el idealismo romántico y trabajan con un lenguaje realista que plasmaba los detalles oscuros de la existencia humana. Asimismo, tanto los temas como el tono de los textos estaban atravesados por la melancolía. La soledad, la muerte y el dolor son los temas preponderantes de los escritores posrománticos. Además, lo sobrenatural y lo religioso adquirió una nueva dimensión en este período. Por otro lado, el estilo era sencillo y directo y la claridad y simplicidad suplantaron el lenguaje florido y ornamental. Bécquer fue un escritor cuyos escritos pueden servir de manual irrevocable de la literatura posromántica.

Aunque Bécquer no gozó de gran reconocimiento durante su vida, su obra experimentó un resurgimiento en las décadas posteriores a su muerte. Muchos escritores y críticos consideran su contribución vital para entender el Romanticismo tardío español. La simplicidad aparente de su estilo y la riqueza de sus imágenes han inspirado a generaciones de poetas. Hablaremos sobre ello en la última parte de este extenso artículo. Antes, te invitamos a leer la segunda entrega, en la que nos centraremos en la tuberculosis, enfermedad que padeció en su última etapa y que le llevó a aislarse.