Los otros Lorca. La homofobia después de Federico

¡Otra vez Lorca!

Muchos jóvenes en España no han leído a Lorca y no quieren verlo ni en figuritas. Y es que durante años les han encajado el rostro simpático del granadino hasta en la sopa. Comprendo esa actitud de rebeldía; nada que se nos imponga suele atraernos. Sin embargo, con Lorca es diferente. O debería serlo.

Muchísimos autores se pasan la vida escribiendo y después mueren, igual que lo hacen y haremos todos los mortales. El problema de Lorca es que no se murió como todo el mundo, fue asesinado por maricón… sí, también por rojo, pero principalmente por lo primero. Y su muerte, en lugar de servir para dejar en evidencia los delitos cometidos durante el franquismo contra los homosexuales, fue usada por los diversos organismos de poder según su conveniencia. Me pregunto qué influencia habrá tenido en el índice de homofobia el encubrimiento que durante años ha hecho el Estado de la homosexualidad de Federico. Por cierto, esta foto de Lorca y Dalí me parece de una belleza envidiable. Hubo problemas entre ellos pero también un amor profundo y sincero. Sus miradas en esta imagen lo demuestran.

Hablar con claridad: se llama homofobia

Podría hacer una larga lista de las vejaciones y humillaciones a las que los homosexuales se vieron expuestos durante el franquismo, y tendría datos para llenar páginas y páginas. Y lo haría si la realidad hoy fuese otra, pero es que las cosas no han cambiado tanto. Cada año se producen en España más de 4000 agresiones homófobas (recordemos que a las estadísticas hay que sumarles un par de ceros: por todas las víctimas que no denuncian). Los medios de comunicación encubren con suavizantes esa violencia tan viva en las calles, y la justicia pone multas de tan sólo unos cientos de euros a delicuentes homófobos que se pasean por ahí atormentando a los que no se abanderan en la heterosexualidad. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra: algo que pasó hace más de medio siglo y lo que ocurre hoy? TODO. Pienso que el silenciamiento de la homosexualidad de Lorca es uno más de los muchos mecanismos con los que se ha contribuido con la invisibilidad. Lorca, el liberal, dentro del armario ¡es que es una verdadera locura!

Todas nuestras acciones tienen consecuencias políticas. Lorca expresó en varias ocasiones su condición homosexual; de hecho intentó que algunos de sus amigos gais salieran del armario, ¡en aquéllos tiempos tan difíciles! Lamentablemente, siguen siendo tiempos difíciles para la visibilidad sexual y ya va siendo hora de que amanezca la igualdad-libertad. Y pensar en Federico puede ayudarnos.

A ese mismo Lorca, durante décadas, los historiadores intentaron buscarle parejas féminas para ocultar su homosexualidad. Actos políticos cuya meta era crear un personaje intocable aliado a la supremacía heterosexual e, irónicamente, abrazando sutilmente los mismos ideales que el poeta rechazara, baluartes del franquismo. Actos políticos que intento comprender y que me llevaban siempre al mismo punto: al Estado como aliado de las injusticias y las violencias sociales y discriminatorias.

Lorca el heterosexual. Hasta que apareció en escena Ian Gibson, que vino a poner patas arriba todo el esqueleto biográfico del poeta granadino. No sólo supo redirigir la ubicación del sitio en el que lo habían asesinado sino que se esforzó en mostrarnos al Lorca herido, lejos de la romería y del sentimiento andaluz que la historia quería vendernos.

¡Otra vez Lorca!

Lorca, un semidios humano

Comencé a recitar los primeros versos de Lorca cuando tenía nueve años. Lo abrazaba en mi casa de infancia donde había un libro de texto de mis hermanos mayores a cuya lectura recurría tarde sí y tarde también. Entonces no sabía quién era Lorca, aunque ya llevaba muerto varias décadas. Lo habían asesinado unos 60 años antes, por homosexual. Tampoco sabía que era gay. Es lo que tiene el nacer en una familia católica practicante del libre albedrío, sólo mientras no hagas esto y aquello. Yo no lo sabía pero en Lorca empezaba la vida-poesía, aunque él ya estaba muerto.

Cuando años más tarde descubrí su poesía y su teatro algo cambió en mí: ¿existe alguien que al acercarse a Lorca no se haya obsesionado? Comenzó entonces una etapa de lectura voraz (principalmente de su poesía). Lo extraño es que lo que me atraía era la resistencia a la divinidad. Necesitaba leer y leer a Lorca porque tenía que saber que había sido humano, y a los humanos no nos está permitido ser perfectos. ¿Es que Federico no ha escrito poemas-libros malos?, me preguntaba. Por suerte sí, al regresar a su primera poesía después de leer «Poeta en Nueva York» la perspectiva cambió mucho: acaso no se haya escrito libro más humano-mortal y poético que ése, después de los Poemas Humanos de Vallejo.

Este descubrimiento junto a la lectura de Ian Gibson, a quien admiro profundamente, me ayudaron a ver a un Lorca distinto: real, manchado, vivo, lunático. Gibson ha entregado su vida a Lorca y nos ha descubierto a un hombre turbio y a veces malvado; ha sabido también interpretar aspectos curiosos de su poética y, sobre todo, ha desmoronado las mentiras que durante décadas se han divulgado en torno a su persona. A veces pienso que Federico le pertenece sólo a él porque es el único que le ha amado sinceramente.

En estos días han salido muchísimos textos sobre el gran poeta; algunos muy buenos y recomendables, como el de Guillermo Busutil en El País. Sin embargo, no he leído nada sobre el Lorca apátrida y rebelde. Nada sobre su homosexualidad. Ian Gibson, ni por asomo. Parece mentira que sutilmente vayamos negando aquello que puede ofrecernos luz, pero lo hacemos-permitimos de forma sistemáticamente por miedo a la verdad; porque la luz duele y los humanos no sabemos lidiar muy bien con la sangre.

¡Otra vez Lorca!

Lorca en la Huerta

Una de las primeras cosas que hice al llegar a Málaga fue visitar Granada. Un viaje con un único objetivo: conocer la Huerta de San Vicente. Lo que allí vi me decepcionó tanto que durante un buen tiempo no pude volver a Lorca, porque me daba vergüenza reconocer la verdad: que lo habían convertido en un monigote-títere-siervo institucional. Evidentemente, en la casa de Lorca tampoco encontré nada sobre su homosexualidad, y ninguno de los libros de Gibson se hallaban a la venta.

La visita a La Huerta de San Vicente me hizo ver que el mundo estaba más podrido de lo que parecía y que yo también podía pudrirme con él, como Lorca. Sus restos siguen sin aparecer. Dicen que un día como hoy lo asesinaron, otros dicen que fue el 19. He dudado mucho en escribir una nota más ¡se han publicado entre ayer y hoy tantísimas sobre su persona! Pero es que necesitaba levantarme contra las ideologías que continúan masacrando nuestro mundo con sus mecanismos silenciosos.

Pienso en Federico, en su último sentimiento y no doy con nada. ¿Acaso la muerte será una nube blanca y ya no veremos nada de nada, ni sentiremos dolor, miedo, furia, deseo? Espero que así sea. Su muerte no fue la última, y no sirvió de nada. La muerte nunca sirve. Me gustaría decirles a los niños-jóvenes que no dejen de leerlo, porque a lo mejor Federico les salva, como me salvó a mí, que a lo mejor al acercarse a su escritura descubren a un hombre dolido, a un niño enfermizo, a un joven cruel, a una criatura generosa, a un poeta que supo declararse gay cuando todos estaban encerrándose (o siendo encerrados) dentro del armario. Me gustaría creer que este texto puede servir para algo. Creer, como cuando era niña, en que otro mundo es posible. Despertar de la pesadilla y descubrir que Lorca no fue asesinado. Pero no puedo.

Unos días más tarde, el 7 de septiembre de 1936, fue asesinada en Fuendejalón María Domínguez Remón. Demasiado mujer para seguir viva, «no voy a ser esclava de nadie», decía. Por cierto, también fue este un crimen homófobo: Remón era lesbiana y una aguerrida feminista. ¡Ojalá salieran mil notas sobre ella! ¿Hace falta que vuelva a los silenciamientos de Estado?

¡Otra vez Lorca!

Comentarios2

  • Edna Diaz

    Tes: me ha encantado, no , fascinado tu texto magnífico sobre Lorca, yo leí el libro de Ian Gison: Lorca y Dalí , el amor que no pudo ser. Una belleza de biografía. Tu líneas literarias es sencillamente preciosa y cada uno de nosotros tiene su propio Lorca, y por cierto, yo no sabía sobre María Domínguez Remón y trata de escribir sobre ella;pues me ha fasciado lo que has escrito sobre su vida. Gracias mil por ilustrarme sobre su vida.

    • Tes Nehuén

      Muchísimas gracias por tu comentario, Edna. ¡Qué maravilla que te haya gustado ese libro; es realmente fascinante! En cuanto a lo que me propones de María Remón, es una idea genial. Gracias!! Me pondré a trabajar en ello. Un abrazo gigante y de nuevo, gracias por tu lectura y comentario!!

      • Edna Diaz

        Amiga: Es un enorme placer que hayas leído mi mensaje. Gracias mil,por ello.

      • yosoyelquesoysiempre

        Para mí fue un verdadero genio. Como ser humano irrepetible, como poeta encantador y admirable (lo declamo - me fascina La Casada Infiel). Tuvo el coraje suficiente para declarar publicamene quién era. No le temió a nada ni a nadie. Lo he leído, lo leeré y lo recuerdo por siempre.

        • Tes Nehuén

          ¡Qué maravilla lo que dices yosoyelquesoysiempre! Así es: hay mucho que aprender y disfrutar de Lorca. Un abrazo grande y gracias por tu comentario.

          • yosoyelquesoysiempre

            Tes Nehuén, gracias por pasar por mi refugio, porque eso es para mí este sitio. Y cuando llegan seres bellos y auténticos como tú, me da un fresco en el alma. Abrazos.... porque

            YoSoy



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