Entrevistas para el recuerdo: Silvina Ocampo

Entrevistas para el recuerdo: Silvina OcampoHoy inicio un ciclo nuevo en Poemas del Alma titulado «Entrevistas para el recuerdo». Serán artículos en los que recuperaré ideas que han tenido algunos autores del pasado (lejano o no tanto) y que han quedado plasmadas en conversaciones que dichos escritores han tenido con periodistas de su tiempo. Citaré algunas de sus frases y pondré los enlaces a las entrevistas completas para aquellos que deseen leerlas.

Y quiero comenzar con una escritora que admiro muchísimo y que considero nos ha dejado ideas muy atesorables en torno a la escritura y la literatura. Hablo de Silvina Ocampo. Las entrevistas que utilicé para realizar esta nota son de Página 12 y La insignia.

Si bien Silvina Ocampo no cedía muchas entrevistas y cuando lo hacía terminaba girando las tornas para que se hablara del entrevistador en lugar de ella, algunos periodistas tuvieron la suerte (si puede llamarse así) de tener un encuentro con ella, de conocer su voz sin los matices que imponen los aparatos y de escuchar en persona sus laberínticas frases.

Aprovecho también este artículo para recordarles la magnífica biografía que publicó Mariana Enríquez sobre esta fabulosa cuentista argentina.

La fantasía en la obra-vida

Solía decir Silvina que no tenía autobiografía y que, en caso de querer publicarla, tendría que inventársela. Pese a ello, cada vez que era entrevistada de sus labios brotaban anécdotas de su vida que parecían dignas de ser publicadas en una biografía. Su fascinación por lo misterioso, su deseo de saber qué existe detrás de lo que vemos, de lo que existe, era tal que no fueron pocas las circunstancias de su experiencia en las que se encontró con el misterio rozando su piel. Solía decir que para ella lo fantástico era inherente a la vida y aparecía de forma rotunda invadiendo la realidad, como el canto de un mono rompe la noche de la selva en dos.

Sus razones para embarcarse en la escritura fueron muchas y en cada entrevista solía decir cosas diferentes. Escojo una de sus afirmaciones en torno a su escritura:

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En una entrevista a Mempo Giardinelli Silvina confesó que escribir era lo más importante que le había sucedido. Desde pequeña el arte (pintar y escribir) fue ese refugio que le permitía expresarse en su intimidad. Y vivía estas expresiones artísticas como delirios, como una necesidad obtusa que la completaba. Dibujo y literatura lucharon por apoderarse de su capacidad artística; ganó la escritura, porque no encontró a nadie que comprendiera lo que quería expresar con sus dibujos, contaba.

No obstante, la sensación de estar siendo infiel a algo que muy dentro suyo latía por salir a flote y por ocupar toda su existencia le hacía tanto daño que por las noches lloraba de pena; pero comenzaba el nuevo día y se sentaba a escribir diciéndose a sí misma «no existe otra cosa que la escritura». La escritura era tan importante para ella que la escogió en lugar de la pintura y se dedicó al cuento al que consideraba superior que la novela. Su relación y su pasión por el cuento comenzaron a una edad temprana. Cuando los adultos le leían cuentos en verso ella los corregía, buscando devolverles la armonía que, decía, les correspondía. Algunas personas no pueden escapar a su propio destino.

Silvina tenía una forma muy particular de concebir la escritura. En sus relatos la fantasía se colaba constantemente y teñía de misterio las historias más realistas. Recordaba que la razón por la que escribía existía antes que ella tuviera real consciencia de ello. Y era para ella una forma de buscar la verdad de las cosas. Criada en una sociedad aristocrática no es extraño que el miedo a las mentiras de las que habrá tenido mucho en su vida la atemorizara a un punto irremediable. Y es posible que esa haya sido una de las principales razones que la llevaron a escribir. Contaba que cierta vez escribió: «Si no existiera el punto de interrogación, nadie mentiría».

Entrevistas para el recuerdo: Silvina Ocampo

Pintar o escribir de la pérdida

Cada vez que a Silvina se le preguntaba qué recuerdo de la infancia atesoraba con más cariño mencionaba una vez que fue al Lago de Palermo con su familia. Mientras caminaba por allí encontró un trozo de cristal verde (de una botella rota) y creyendo que se trataba de una piedra preciosa se la guardó en el bolsillo. Tan fascinada estaba con ese cristalito que se pasó la tarde tocando y apretándolo con una de sus manos. Y brotó sangre; una sangre preciosa que tiñó de rojo la piedra. Contó:

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Otra cosa que interesaba especialmente a la menor de las Ocampo era la forma en la que nos relacionamos con la pérdida; así lo demostró en sus cuentos, volviendo a este tema una y otra vez. También debido a la pérdida escribía; quizá debido a esa hermana a la que había adorado y que la dejó tan pronto.

Y también su pintura favorita pertenecía a ese bagaje de cosas perdidas. En esa imagen aparecía una estatua de terracota que se encontraba encaramada en una fuente en una quinta del Tigre. Detrás se veía el río y una piragua flotando en él. Como cuando lo hizo no tenía lápices de colores a mano, Silvina se valió de toda clase de hojas verdes y de los pétalos de una flor roja que despedía un jugo rojizo. También utilizó un lápiz de labios. Sin duda, una obra bien artística.

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Entrevistas para el recuerdo: Silvina Ocampo

Amar(se) las contradicciones

Sin duda una de las cualidades que más admiro de Silvina es su capacidad para contradecirse. Si bien esta es una característica inherente al ser humano, la mayoría de nosotros no vive bien con ella; no obstante, Silvina reconocía y aceptaba sus gustos cambiantes, su necesidad de probar las cosas y retractarse. Dijo en una entrevista:

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Y esa contradicción también se encuentra presente en sus personajes que dudan, se tropiezan, niegan y son atrapados por el misterio.

Otra de sus cualidades fue su forma sutil de luchar por aquellas cosas en las que creía. Silvina fue una mujer fuerte que escribió contra la aristocracia y que se postuló a favor de las necesidades y libertades individuales y la igualdad de sexos. Algo que la historia no supo reconocerle y que sí se le reconoció a su hermana Victoria.

La política no le interesaba, decía, pero sí. Justamente la mayoría de las personas que aseguran que no les preocupan esas cuestiones del mundo no hacen más que reflexionar sobre ello en sus textos. Y así lo hacía Silvina aunque con una extrema sutileza. Cuando se le preguntó qué actitud había tomado cuando supo de la declaración del sufragio femenino, respondió:

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Silvina Ocampo nos ha dejado tanto que sus pocas entrevistas son pequeños tesoros que los que hemos admirado su arte y aprendemos de su escritura revisamos con detenimiento. Puede que sea por esa necesidad de sentirnos cómplices de una mujer misteriosa y poderosa que vivió de sus intrigas y que se rió del poder.

Aquí hemos rescatado algunas de sus ciertas inseguridades. Los animo a leerla porque no hay en la literatura argentina una autora más exquisita y misteriosa.

Entrevistas para el recuerdo: Silvina Ocampo

Comentarios4

  • STELLA_CRISTINA

    Un grato placer ingresar en la nueva e interesante columna. Muchas gracias.

  • Rapsodico

    "Entrevistas para el recuerdo". Buena idea, Tes. Repasaremos o nos descubriras lo que ya otros prestigiosos autores propusieron. Un abrazo.

  • Edna Diaz

    Debemos siempre recorder a los grandes escritores, siguiendo su ejemplo para emularlos y no saben cómo yo aprendo de ustedes porque la cultura es muy importante para mí.

  • Damian faunes pont

    Que más que nutrirse con estás celebridades de la cultura...llenas de anécdotas y vivencias de escritores contemporáneos... hermosa manera de evocar...



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