Los buenos consejos que no sirven en la escritura


Para hoy he preparado un texto distinto. Se presentan como una serie de consejos sobre el arte de narrar pero, en realidad vienen con un pequeño inciso que igual te lleve a no continuar la lectura, y sin embargo creo que es importante: para escribir no hay mejor consejo que el de escribir, escribir y escribir. Esto deja en evidencia que no necesitas de estas pautas si lo que quieres es sentarte y crear una buena historia. Sin embargo, tener en cuenta ciertas pautas puede servirte para encausar esa historia, para no cometer errores por estar prevenido o para entender de qué forma quieres encarar tu narrativa.
 
 

Ten cuidado con lo que sobra

En el oficio de la escritura conviene ser claros y, sobre todo, podar al máximo cada párrafo. Una buena forma de aplicar esta actitud es evitando repeticiones y adornos que engorden los párrafos pero que no aporten considerables cambios en el sentido del mismo. En ese sentido, evitar también los conectores y las palabras que no aportan nada.

El abuso de adverbios, gerundios, frases subordinadas y adjetivos puede ser muy dañino para el texto, porque consiguen entorpecer la lectura y no aportan datos relevantes. Sólo deja aquellos que realmente colaboren con la interpretación del mensaje, a cada paso, en cada párrafo.

Lo que sobra no se muestra como tal cuando estamos escribiendo pero suele saltar a la vista en las relecturas. Por eso es tan importante corregir mucho nuestras historias. Así nos aseguraremos de conseguir un texto donde todos sus elementos sean importantes.

Cuida el ritmo

Aunque seguramente en la escuela te han enseñado a relacionar el ritmo con el género poético, en narrativa es éste uno de los elementos principales. Aprender a dar con el movimiento de la trama y encontrar la forma de llevar al lector a través de ella es fundamental.

Para ello debemos cuidar especialmente el tono y la puntuación. En cierta forma, dependiendo de lo que deseemos lograr deberemos decantarnos por una forma particular de encarar las oraciones. Conocer las posibilidades que nos ofrece la puntuación puede ayudarnos muchísimo en este punto en particular. Una buena forma de prepararnos es estar siempre aprendiendo sobre sintaxis, gramática, retórica y ortografía: estos son los mejores amigos de todo escritor.

Experimenta, experimenta

Esto no sé si te lo dirán en un taller de escritura pero es fundamental, sin embargo, es una de las cosas que te va a permitir disfrutar más de la escritura.

Cuando escribimos, tenemos que divertirnos, jugar con el material del que disponemos: el lenguaje. Aprender a usarlo de nuevas formas, sin miedo, sin límites, puede ser sumamente interesante y puede devenir en descubrimientos interesantísimos.

Experimentar con el lenguaje es no sólo trabajar con la trama sino también con la estructura y, sobre todo, dejarnos llevar por lo insólito y sorprendernos del camino desigual que puede llevar una narración si nos dejamos abstraer y nos convertimos en instrumentos al servicio del narrador.

Trabaja con imágenes que den vida a las palabras

Al escribir no tenemos que contar, sino mostrar. Y una de las mejores formas de hacerlo es intentando encontrar, explorando en el lenguaje, la forma exacta de lo que ha sucedido, de la imagen que queremos describir, y conseguir ponerla en palabras de una forma contundente.

Se trata, entonces, de hacer del lenguaje no un instrumento sino un camino; llenarlo de polvo, de lluvia y conseguir darle vida a las palabras. Como seguramente hacen esos autores que nos fascinan.

En esto de expresar imágenes debes recordar que tenemos más de un sentido y que al leer también somos capaces de percibir sabores, aromas y texturas; procura poner en movimiento todos los sentidos del lector para que tu texto lo abrace y no quiera dejarlo.

Resuelve las motivaciones de los personajes

No existe peor historia que aquella donde los personajes no tienen un para qué; es que sin esto, no tenemos historia. Dotar a tus personajes de sentido es uno de los primeros temas que debes resolver. Para eso te puede servir llevar una ficha de personajes o un esquema de la trama, para ir desarrollando la historia de forma ordenada.

Entender qué quieren los personajes, por qué y de qué forma piensan conseguirlo, puede ser sumamente útil, además para encontrar el eje de la historia y mantenerse siempre en camino a la meta. Si los personajes no tienen motivaciones; mejor dicho, si no tienes claro cuáles son, entonces la historia consistirá en un recorrido por acontecimientos a veces inconexos que ensuciarán tu trabajo y te resultará mucho más difícil contar y terminar la historia.

No te enfoques sólo en la técnica

Trabajar la estructura y las cuestiones técnicas de tu relato es fundamental, pero también debes recordar que lo que el lector va a llevarse es la historia. El contenido, por tanto, no es un tema menor; así que debes trabajar en él con la misma dedicación y empeño que pones en encontrar y cuidar la técnica de tu narración.

Y sobre todo, amigo: escribe, escribe y escribe. Porque de ese trabajo constante dependen tus historias. De tu astucia pero sobre todo de tu empeño y tu dedicación a este oficio tan lindo dependerá el resultado de tu escritura. ¡Ánimo!

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Comentarios1

  • AZULNOCHE

    Muy sustancioso.
    Muchas gracias.



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