Javier Raya Demidoff, respuestas en 280 caracteres

Con “Los hijos de Baanaue”, Javier Raya Demidoff se consagró ganador del V Premio de Novela de Ciencia Ficción Ciudad del Conocimiento. Tras haberle dado visibilidad a esa novedad en Poemas del Alma, en este portal literario llega el momento de contar un poco más sobre la producción y el perfil profesional del creador de dicho libro.

Entrevista virtual a Javier Raya DemidoffJavier, que nació en la capital de Cataluña pero al crecer eligió afincarse en suelo madrileño, se formó como periodista y se dedicó durante varias temporadas al ámbito de la comunicación. En el año 2020, sin embargo, tomó coraje y se preparó para poder convertir a la jardinería, una actividad que hasta entonces consideraba un hobby, en su fuente de ingresos. Hoy en día, además de trabajar al aire libre en contacto con la naturaleza, Raya Demidoff da muestras de su inagotable creatividad mediante su faceta de escritor.

“Palabras de tinta para ojos que escuchan”, “Los buscadores” y “Los profetas” son otros de los títulos que invitan a apreciar las habilidades narrativas de este escritor, comunicador y jardinero que en la red social X acumula más de mil seguidores.

¿De qué modo trabajas, a qué recursos o estrategias apelas, para que la brevedad no sea un obstáculo imposible de superar al elaborar microrrelatos?
– Al principio escribo tal cual sale, aunque supere la extensión. Luego sustituyo palabras y estructuras largas por otras más breves. No es fácil, se pierden matices, pero el castellano es rico en vocabulario y al final se consigue algo aceptable, si la idea es buena.
De acuerdo a tu experiencia, ¿cómo se logra despertar y mantener la atención de alguien a través de un libro?
– No sé si en este sentido puedo hablar por experiencia. Yo intento arrancar con fuerza, para que tema y trama surjan enseguida y enganchen. Luego juego con subtramas que se alternan. Pero desconozco si funciona con todos los lectores. Seguro que hay quien abandona…
¿Qué sensaciones, pensamientos o estados fueron surgiéndote a medida que elaborabas «Los buscadores»?
– Algunos personajes están basados en personas reales que conocí cuando escribí el primer borrador, con 19 años. Tuve que reconstruirlos cuando retomé la historia con 44. Y, también, rehacer casi toda la novela. Fue como rehabilitar un edificio dejando solo la fachada, ja ja ja.
¿Cuál es la máxima satisfacción que te ha dado «Los hijos de Baanaue»?
– De momento, haber recibido el Premio de novela Ciudad del Conocimiento, con una gran valoración por parte del comité lector y el jurado. Pero también las críticas entusiastas de distintos lectores; entre ellos, mis padres —voraces y exigentes lectores de ciencia ficción—.
¿Por qué, y con qué finalidad, te dedicas a la creación literaria?
– Es una necesidad de expresión, como la de quien compone música o dibuja. Yo no sé componer y el dibujo lo abandoné muy pronto por falta de paciencia. Me gusta crear historias, me gusta entretener, y creo que la imaginación y la capacidad de soñar son dones valiosísimos.



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