Como cada año, diciembre se transforma en un mes de festejo y la proximidad de la Navidad es celebrada en el mundo de diversas maneras. En este contexto, por ejemplo, comienzan a comercializarse los adornos alusivos, la pantalla se inunda de historias navideñas y los villancicos suenan por doquier.
Desde el plano literario, la fecha es conmemorada con una gran cantidad de títulos relacionados a esta celebración que ha sabido inspirar a diversos autores. «Cuento de Navidad» o «Canción de Navidad», por ejemplo, es una de las obras que se enmarca dentro de esta festividad. Escrita por Charles Dickens en 1843, este relato corto dividido en cinco capítulos que han sido definidos como estrofas por su autor, narra la historia de un hombre que, en Navidad, deja de ser calculador, frío y avaro para transformarse en una persona más agradable y generosa.
Por su parte, Ray Bradbury también supo construir su propio «Cuento de Navidad», mientras que O. Henry plasmó su espíritu navideño en «El regalo de los Reyes Magos» y el alemán Ernest Theodor Amadeus Hoffmann hizo su aporte a través de «Cascanueces y el rey de los ratones».
«Despierta oso»… ¡Es navidad!» de Stephen Gammell, «El Abeto» de Hans Christian Andersen, «Nochebuena en el Marais» de Alphonse Daudet, «Un árbol de Navidad y una boda» de Fiodor Dostoievski, «Nochebuena aristocrática» de Jacinto Benavente, «El árbol de Navidad del señor de Auvrigny» de Georges Lenôtre, «El deseo de Navidad de Pat Hobby» de Francis Scott Fitzgerald y «Cuento de Nochebuena», de Rubén Darío, son sólo otras de las obras a través de las cuales los lectores de todas las edades pueden apreciar el encanto del espíritu navideño y, por qué no, volver a sentir esa ilusión que nos iluminaba la cara cuando éramos niños y esperábamos ansiosos la llegada de Papá Noel.
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