Teresa Wilms Montt

Ocho días habían pasado en 1893 desde el comienzo de septiembre cuando, en Viña del Mar, se produjo el nacimiento de María Teresa de las Mercedes Wilms Montt.

Esta mujer chilena, que tuvo oportunidad de residir en diversas ciudades del mundo, mostró su rebeldía en más de una ocasión. Segunda descendiente de la numerosa familia que formaron Luz Victoria Montt y Montt y Federico Guillermo Wilms Montt y Brieba, Teresa fue educada para desenvolverse en la clase alta y cumplir de la mejor manera su rol de esposa. Sin embargo, ella evidenció desobediencia frente a los valores burguesas, aprendió múltiples idiomas (dominando el francés, el italiano, el alemán, el portugués y el inglés) y, pese al desacuerdo de sus padres, siendo muy joven se unió en matrimonio a Gustavo Balmaceda Valdés, con quien tuvo dos hijas.

Tras instalarse en Santiago y participar en su ambiente cultural, por cuestiones laborales de su esposo la autora se mudó a Iquique, donde vivió entre 1912 y 1915. Allí, además de iniciar un vínculo con sindicalistas y feministas, se adscribió a la masonería y comenzó a publicar textos firmando sus obras con el seudónimo de Tebal.

En 1915, tras descubrirse un romance extramatrimonial con Vicente Balmaceda Zañartu, Wilms Montt fue internada contra su voluntad en un convento, sitio donde meses más tarde intentó suicidarse. Con ayuda de su colega y amigo Vicente Huidobro, en junio de 1916 la creadora de títulos como “Inquietudes sentimentales”, “Los tres cantos” y “En la quietud del mármol” huyó y se refugió en Buenos Aires.

La Primera Guerra Mundial la encontró en Nueva York con el objetivo de ser colaboradora de la Cruz Roja pero fue detenida por la sospecha de espionaje. A raíz de ese episodio viajó a España, nación donde publicó materiales bajo el seudónimo de Teresa de la Cruz. En 1920, finalmente, decidió afincarse en París, donde falleció el 24 de diciembre de 1921.



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