El estadounidense Michael Shaara demostró a lo largo de su trayectoria una enorme creatividad para la elaboración de relatos de contenido histórico y deportivo, así como para el desarrollo de obras de ciencia ficción que le dieron popularidad más allá del tiempo y las fronteras geográficas.
Antes o después de sumergirse por completo en las tramas que ideó hace ya varias décadas conviene hacer un repaso de su vida y obra para comprender mejor a este hombre que abrió sus ojos al mundo por primera vez el 23 de junio de 1928.
Quien fuera miembro de una familia de inmigrantes italianos que se instalaron en Nueva Jersey, fue alumno de la Universidad de Rutgers, recibiéndose en 1951. En esa institución académica se adhirió a una fraternidad llamada Theta Chi.
Antes de triunfar en el campo de las letras, Shaara se desempeñó como sargento en la división del Ejército de Estados Unidos centrada en la infantería paracaidista, trabajó como policía y practicó boxeo de modo amateur. Además, dio clases en la Universidad Estatal de Florida.
Siendo muy joven, producto del estrés y la adicción al cigarrillo, sufrió un fallo cardíaco del cual, por fortuna, pudo salir adelante.
Gracias a su destacada labor en “Ángeles asesinos”, en 1975 Michael consiguió el Premio Pulitzer de Ficción y sirvió de inspiración para el desarrollo de un filme. De su autoría son, asimismo, “The broken place”, “The Noah Conspiracy” y “For love of the game” (material que tuvo una versión cinematográfica).
Lila y Jeffrey, sus hijos, siguieron igual que él un camino literario. Su heredero fue el encargado de impulsar el surgimiento del Premio Michael Shaara a la Excelencia en Ficción de la Guerra Civil.
El 5 de mayo de 1988, como consecuencia de un nuevo ataque al corazón, este novelista que también generó una amplia variedad de cuentos breves encontró la muerte.
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