José Santos González Vera

La vida del autor José Santos González Vera, quien enriqueció a la Literatura con obras como “El conventillo”, “Vidas mínimas”, “Alhué. Estampas de una aldea” y “Cuando era muchacho”, comenzó el 17 de septiembre de 1897 en la comuna chilena conocida como El Monte.

Jose-SantosTras vivir un tiempo en Talagante, el escritor se afincó con su familia en la capital de su país, donde comenzó a asistir al Liceo Valentín Letelier. Su idea era instruirse en Humanidades, pero tras desaprobar el primer año prefirió abandonar los estudios y conseguir empleo.

Muchos fueron los trabajos que, en su adolescencia y juventud, le permitieron ganarse la vida y acumular experiencia. Según se advierte al repasar su biografía, se desempeñó en varios rubros (fue ayudante de pintor, obrero, empleado en una sastrería, comisionista, cajero y probó suerte en el campo de la peluquería, por describir algunas de sus ocupaciones) pero fue la escritura la actividad que le dio la posibilidad de destacarse.

En sus inicios, el también responsable de propuestas como “Eutrapelia, honesta recreación”, “Necesidad de compañía” y “Letras anarquistas” se dedicó al mundo de las letras tras leer a Piotr Kropotkin y Máximo Gorki y encontrar en el ejercicio literario una vía para promover el anarquismo que él defendía. Con el paso del tiempo, González Vera fue fundador y generador de contenidos en publicaciones como “Numen” y “La Pluma”, así como colaborador de “Claridad” y “Atenea”, entre otros medios.

Sobre su vida personal, resulta interesante mencionar que este ensayista y novelista que fue distinguido en 1950 con el Premio Nacional de Literatura contrajo matrimonio en 1932 con una docente llamada María Marchant, vínculo del cual nacieron María Elena y Álvaro, sus dos descendientes.

El 27 de febrero de 1970, José Santos González Vera encontró la muerte en su hogar localizado en la comuna chilena de Ñuñoa.



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