Buey que vi en mi niñez echando vaho un día
bajo el nicaragüense sol de encendidos oros,
en la hacienda fecunda, plena de la armonía
del trópico; paloma de los bosques sonoros
del viento, de las hachas, de pájaros y toros
salvajes, yo os saludo, pues sois la vida mía.
Pesado buey, tú evocas la dulce madrugada
que llamaba a la ordeña de la vaca lechera,
cuando era mi existencia toda blanca y rosada,
y tú, paloma arrulladora y montañera,
significas en mi primavera pasada
todo lo que hay en la divina Primavera.
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Rubén Darío
Comentarios2
Un país que aun comprende de Naturaleza auténtica en muchos conceptos.
Es difícil estar lejos de la patria, y sobre todo cuando eres de un país tan bello como, el país del escritor.
Un país que aún comprende de esa naturaleza auténtica en muchos conceptos.
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