Un día estaba yo triste, muy tristemente
viendo cómo caía el agua de una fuente.
Era la noche dulce y argentina. Lloraba
la noche. Suspiraba la noche. Sollozaba
la noche. Y el crepúsculo en su suave amatista,
diluía la lágrima de un misterioso artista.
Y ese artista era yo, misterioso y gimiente,
que mezclaba mi alma al chorro de la fuente.
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Rubén Darío
Comentarios12
gracias por tan lindos poems, nos llevan del dolor a la risa, del la nostalgia a la alegria, de la noche a la luz de dia
la neta me gusto kuenta exaktamente las sensaciones ke tengo en mi ahorita:
Vivo en la penumbra
de existir y no existir;
soy menos visible ke una sombra
en la oscuridad de mi vivir.
tanto me inspiro, bueno grasias
Es triste describirlo, pero es maravilloso leerlo.
Pues transporta el pasado, al presente, y aveces eso quema.
Sean momentos gratos o ingratos, te queman lo delicado del alma.
Y aveces te enduren el corazón.
Eso le pasa a todo aquel, que por lo menos amó, una vez en su vida.
Es triste describirlo, pero es maravilloso leerlo.
Pues transporta el pasado, al presente, y aveces eso quema.
Sean momentos gratos o ingratos, te queman lo delicado del alma.
Y aveces te enduren el corazón.
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