Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman,
parece como el viento que se mece en otoño
sobre adolescentes mutilados,
mientras las manos llueven,
manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas,
cataratas de manos que fueron un día
flores en el jardín de un diminuto bolsillo.
Las flores son arena y los niños son hojas,
y su leve ruido es amable al oído
cuando ríen, cuando aman, cuando besan,
cuando besan el fondo
de un hombre joven y cansado
porque antaño soñó mucho día y noche.
Mas los niños no saben,
ni tampoco las manos llueven como dicen;
así el hombre, cansado de estar solo con sus sueños,
invoca los bolsillos que abandonan arena,
arena de las flores,
para que un día decoren su semblante de muerto.
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El poema hace buen uso de las metaforas, me agrado.
yo pensaba en el silencio que hace que los ruidos mueran...
Estaba muy pensante la muchacha ^.^
y esto? es hace siglos?
Hay 1 comentario más
El amor, el amor de dos desconocidos, el amor que tañe en el cuerpo moribundo cuando conoce más a la muerte, más que hace siglos...
Hermoso tu poema, son muchos sentimientos y habla de los sueños!!
me gusta.. Saluditos!!!
para que un dìa decoren su semblante de muerto.
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