En mi aldea 
cuando niño 
nunca creí en otra aldea, 
nunca soñé en otra tierra. 
            Recortaba sus crepúsculos 
y apacentaba sus nieblas. 
            Cristales me daba el río, 
pájaros me dio la huerta. 
            Con un caracol de monte 
vida tuvo una flor nueva. 
            Preso entre cuatro horizontes 
pasé mi niñez entera. 
            Después descubrí un camino 
Nacido al pie de mi aldea. 
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