Señora de mis pobres homenajes
débote amor aunque me ultrajes.
Góngora
Soñé que te encontrabas junto al muro
glacial donde termina la existencia,
paseando tu magnífica opulencia
de doloroso terciopelo oscuro.
Tu pie, decoro del marfil más puro,
hería, con satánica inclemencia,
las pobres almas, llenas de paciencia,
que aún se brindaban a tu amor perjuro.
Mi dulce amor, que sigue sin sosiego,
igual que un triste corderito ciego,
la huella perfumada de tu sombra,
buscó el suplicio de tu regio yugo,
y bajo el raso de tu pie verdugo
puse mi esclavo corazón de alfombra.
Volver a
Julio Herrera y Reissig
Comentarios5
Debió decir: 'puso mi esclavo corazón de alfonmbra.
¿Quién lo puso? Él, su dulce amor.
me encantan sus poemas... xD
Rafael
Debes estar registrado para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.