Tostadero

José Luis Piquero

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Mientras muchachas que serán catequistas cantan y tocan la guitarra
como quien eleva una protesta sentimental a un dios tímido o como
quien se rasca la panza con mansedumbre
y aquí en el tostadero ya son indiferentes las piernas y los brazos ya
sin dueño,
mientras la fuente sigue siendo útil para fauces sedientas y espaldas
sonrientes de pura caricia
y allí abajo en el pueblo tañe una canción de siseo de rezos total-
mente impropia de la estación
y el agua en todas partes es sobre todo sonido y no frescura
pero quizá humedad amiga para quien es lamido en el hombro duran-
te un verano ideal,

yo pienso:

estoy oyendo el tañido de una campana y un zumbido de canción
y abrasándome al sol en el tostadero,
lo que vale decir: solo en mitad del mundo.

Ah, todo era perfectamente lógico hace apenas un minuto:
las cosas nos venían solas y vivíamos el tiempo pequeño sin recono-
cerlo ni siquiera en su tranquilo rumor
Hay algo doloroso en la conciencia súbita:
como una interrupción de alguna paz del mundo o asumir una extra-
ña condición entre cosas que son de pronto extrañas.

Lógico: para poder vivir sin daño
y dejar que todo pase sobre nosotros mientras nosotros sólo estamos
tumbados en el tostadero,
debemos no reconocer nada.

O dicho de otra forma:
es así como creemos obtener en el futuro el valor de lo que el tiempo
con mayúsculas nos deja,
acaso unas reliquias: los jirones del sol, pongo por caso,
o un sonido de gotas, ¡casi nada!

Recordado, no vivido,
bueno o inútil, inofensivo;
turistas agotados y obedientes en alguna excursión interminable.

-Como en casa de Víctor, en aquellas veladas infinitas:
De pronto comenzaba a amanecer;
lo decía algún pájaro húmedo, un motor increíble o una gota insistien-
do en un mármol remoto de la casa: era un aviso.

Súbitamente diurnos, sin vino ni conversación, solos y diferentes,
entrábamos a un mundo demasiado sonoro,
emprendíamos calles cada vez más nítidas,
y ya en casa buscábamos en el sueño el olvido de las cosas.

¡Oh, Señor, protégenos
a nosotros, los Turistas!

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Comentarios1


  • 'ASUMIR cosas que son de pronto extrañas', 'obtener en el futuro el valor'...¿para...?, '...buscábamos en el sueño el olvido de las cosas'. Pero en este caso es mejor enfrentarlas que tratar de ignorarlas u olvidar. Es muy reveladora la identidad de éste poéta, verdaderamente que está desnudando su alma, tiene la necesidad de hacerlo.- Lo que nos importa a los lectores, José Luis, es lo que tu escribes, tal vez es tu dualidad la musa de tu poesía.-

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