La luz

Jorge Hübner Bezanilla

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La luz tendió en la tarde ligeros gobelinos,
se hizo pronto un incendio en que el mundo iba a arder,
cayó después en lluvia de azul por los caminos:
yo la he visto variar como alma de mujer.

La luz con unas nubes hizo encendida fragua,
disfrazó a los torreones con un amplio albornoz;
alzó náyades diáfanas de la paz de las aguas:
la luz formó de nada sus mundos, como Dios.

Vi al arroyo jugando con la luz del Oriente,
en pupilas de niño sorprendí su claror,
entró a la pieza triste de una convaleciente:
la luz se ha dado a todos, como Nuestro Señor.

Por la luz los botones me enseñaron dulzuras,
una tarde violeta me dijo que llorara
y los astros formaron frases claras y puras:
sin la luz toda cosa su misterio guardara.

¡Mensaje que de lo hondo del misterio camina
y dilata los pechos como rosas abiertas,
y que deja temblando una estrella divina
en la inmovilidad de las pupilas muertas!

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Comentarios2
  • mariela acosta(venezuela)

    Excelente, se deleita uno con cada letra que lee y penetra en ese pedacito de alma que aun está vacio.
  •  
    felipe gonzalez mer Cuando la luz llega
    las dudas se extinguen
    existe claridad
    la tiniebla se aleja
    ha llegado lo Divino
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