Federico Hernández Aguilar

Poemas de Federico Hernández Aguilar

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Federico Hernández Aguilar:

Esta danza que salvan las liturgias

Esta danza que salvan las liturgias
Este concepto inoculado hoy
Esta perpetuación de la inminencia
Este andar sin las huellas necesarias

Este pedir que se contagie un alce
Esta oportunidad de ser pequeño
Este imaginar párpados gigantes
Esta mancha de amor en las costillas

Esta vid Este ver este detalle
Esta legión de hormigas Este apero
Este mágico tren a la amapola

Ya nunca sin mis ojos estas cosas
Jamás tanta agonía sin mis dedos
Sin mi vértigo nunca tanto sueño

Paradoxa Prima

Vivir es adaptar nuestros antojos
al ritmo del temor a la ventaja,
y vive aquel que marcha tras la paja
que pesa como viga en sus dos ojos.

Mas saber de ignorancias y de abrojos
en nuestra candidez no hace rebaja:
Corremos de ambición por la migaja
¡sin hambre de verdad y siendo cojos!

Es acto de buen juicio recordar
que el hombre, en su brillante trajinar,
no marcha si no marcha ingenuamente.

Y es una paradoja el aceptar
que en la comba vulgar de cada frente
existe una verdad impertinente.

Soneto a una jinetera

                              Para Yania,
                              espléndida flor cubana




          ¿A quién le brindas sin pudor tus ojos?
¿A quién tus brazos y tu sed de amores?
¿A quién otorgas tu edredón de ardores?
¿A quién la gama de tus mil antojos?

          ¿A quién rechazas con tus besos flojos?
¿A quién reistes con tus malhumores?
¿A quién retiras el millón de flores
que succion?de tus pezones rojos?

          ¿A quién aturdes con tus piernas largas?
¿En quién la llama de tu piel descargas
para llorar como conmigo hiciste?

          ¿Acaso a otro el juvenil encanto
has dado en hipos de amoroso llanto
sin ser la herida que en mi pecho abriste?



22/11/98

Como Dios manda

Hay que mandar como Dios manda
que en eso es un experto el tal Dios
porque nunca nadie le mandó crearnos
y sin embargo le dio por sacarnos del polvo
y por quitarnos la famosa costilla
y echarnos a dormir en jardines
al lado de mujeres y culebras
que nos enseñaron a vernos desnudos
y al final saber del bien y del mal
y ponernos a sudar
y a las mujeres parir con dolor
y darnos hijos que se matan de envidia
y libres albedríos
y platos de lentejas
y 7 mil plagas
y circos romanos
y hogueras y bulas
y cruces y guerras
y guerras y todo...

Yo no sé qué piensen ustedes
pero cuando Dios manda

manda!

Vaginatum est

Es verdad -ya lo sabes-, no me entrego.
No soy la luz en este claroscuro...
Verte desnuda asombra: No es tan duro
verte asomada a la pasión del juego.

Mas para cuando veas ue no llego
a la penetración, puntual, seguro,
demuestra lo que sabes: del apuro
sácame. ¡No ambiciones tanto fuego!

Pasamos de estos líos tan carnales
porque el sexo mejor no se origina
en las respuestas sobrias y totales.

Y para no estropearnos el pecado,
hoy permite que agolpe en tu vagina
la culpa de un placer tan consumado.

30/I/99

Palabra y tiempo (Paréntesis kantiano)

Para callar no necesito mi silencio.

Me muevo.
Se mueve la hoja que cae y no lo sabe.
El aire es la denuncia natural del tiempo.

Para callar no necesito mi silencio.

No puedo remover una pestaña
sin tocar un rostro.
La palabra es injusta si la tengo.

Para callar no necesito mi silencio.
Necesito tiempo.

11/I/99