Las preposiciones son todo un desafío para los hispanohablantes. Sobre todo, aquellas que en determinadas circunstancias pueden usarse de forma intercambiable. En este artículo nos centraremos en «por» y «en», cuando sirven para introducir contextos similares. Vamos a ver sus usos y diferencias, y los errores más frecuentes. No olvides que en nuestro apartado de Taller literario puedes encontrar muchos otros artículos similares.
Usos correctos de las preposiciones
Llamamos «preposiciones» a aquellas palabras que sirven para organizar la arquitectura del lenguaje. Son nexos o puentes entre los diversos elementos de la oración para indicar lugar, tiempo, causa, compañía o finalidad de algo. Sin ellas, el discurso se vuelve torpe y, a veces, incomprensible. De ahí que sean tan importantes. Para aprender a usar las preposiciones es necesario primero entender para qué sirven y en qué situación se recomiendan. Por eso, un manejo potente de ellas supone un conocimiento profundo del idioma y cierta sensibilidad gramatical.
Entender los matices que entran en juego en la oración cuando usamos las preposiciones es fundamental. Por eso debemos prestar atención a fin de acomodarlas correctamente en nuestro discurso. En este artículo exploramos los usos adecuados de dos de las preposiciones más populares: «en» y «por». Analizaremos los casos en los que la elección de una u otra se vuelve especialmente significativa, tanto en el habla cotidiana como en los registros literarios.
Es importante señalar que las preposiciones no funcionan de manera aislada, no tienen significado en sí mismas, lo adquieren en relación con los sustantivos, verbos y adjetivos que las rodean. Además, algunas necesitan que haya estructuras fijas que las contengan para funcionar correctamente, mientras que otras son más flexibles y permiten cambios y matices sin romper con la lógica del lenguaje. ofrecen márgenes de flexibilidad que permiten matices sutiles. Asimismo, dependiendo de la frase que deseemos crear debemos utilizar una preposición u otra.
Pensemos en dos frases parecidas: «soñar con ganar» y «pensar en ganar». Aunque ambas son expresiones que hacen referencia a una acción mental relacionada con «ganar», al usar verbos y preposiciones distintos ofrecen definiciones específicas. El verbo «soñar» usado junto a «ganar» da la sensación de anhelo (y puede ser incluso un sueño poco realista); «pensar en ganar», por su parte, implica una planificación (el deseo está implícito pero debe acompañarse de trabajo). Estos ejemplos pueden servir para entender que cada verbo exige el uso de una preposición en particular y que gracias a esto podemos incorporar matices en nuestra comunicación que marquen la diferencia.
Dicho esto, cabe señalar que las preposiciones no son neutras. Cada una aporta sentido, matiza el significado del verbo que acompaña y puede modificar la intención o el tono de la frase. Por eso es muy importante cuándo emplear cada una, porque las preposiciones no son accesorios gramaticales sin importancia, son una herramienta fundamental para darle carácter a nuestra comunicación y manejar con acierto las sutilezas y la claridad.

Saber usar correctamente las preposiciones puede ser fundamental para expresarnos adecuadamente
Diferencia entre «en» y «por»
Como ya dijimos, las preposiciones tienen una utilidad específica e importante dentro de las oraciones. En el caso de “en” y “por” sirven para introducir complementos y expresar relaciones de lugar, tiempo, causa, medio o finalidad entre los elementos de una oración. Aunque ambas pueden usarse en contextos similares, tienen funciones distintas y matices que nos conviene conocer para no equivocarnos.
La preposición «en» indica lugar de permanencia en sentido estático. Suele implicar que algo ocurre dentro de un espacio físico, emocional o simbólico, y tiene connotaciones de interioridad o inmersión. También puede servir para referirse al tiempo o a un estado abstracto. Dos oraciones distintas en las que podemos encontrarlo:
La preposición «por», en cambio tiene más que ver con algo que fluye, que está en tránsito. Indica un movimiento a través de un espacio y tiene connotaciones de causa o medio. En este último sentido sirve para indicar al agente que hizo posible algo. Es importante señalar que esta preposición suele asociarse a algo en movimiento, que realiza un recorrido, la intermediación o el origen causal de algo. Siempre se relaciona con el desplazamiento.
Veamos dos ejemplos:
A pesar de que a simple vista se diferencian con claridad, en muchos casos pueden utilizarse de forma intercambiable y, en otros casos, la semántica o la estética del discurso nos impulsa a usar una u otra. Es importante recordar esto, sobre todo cuando trabajamos con un lenguaje literario. Elegir entre “en” y “por”, entonces, no es solo una cuestión de corrección gramatical, sino que tiene que ver con el sentido estético de lo que queremos expresar. Prestar atención a estas diferencias enriquece tanto la escritura como la lectura, puesto que nos permite incorporar herramientas más precisas para articular nuestra comunicación.

Las preposiciones «en» y «por» no siempre son intercambiables
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