Atravesando el Jordán

En el Paraguay hay muchas muestras de poesías místicas. Me vienen a la memoria los versos de José Antonio Bilbao, quien con palabras transparentes, diáfanas, sencillas, rendía un elevado culto a Dios, en la persona de su hijo Jesucristo. El padre César Alonso de las Heras (sacerdote español), mentor de la Academia Literaria del Colegio San José, que congregó a inspirados orfebres de la palabra, como José Luis Appleyard, Ramiro Domínguez, Ricardo Mazó y José María Gómez Sanjurjo, fue un genuino representante de las ofrendas del alma a Jesús.

Sus libros reviven versiones poéticas enamoradas de la esencia del fuego divino.

En España, son muchos los poetas que ofrecen su inspiración a Dios. Se cuenta con tres vates emblemáticos de la literatura mística española: Fray Luis de León, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.

Uno de los últimos textos de contenido espiritual (algún adjetivo calificativo hay que buscar para no caer en la redundancia) fue la obra Cristo del alma del vate peruano-español Alfredo Pérez Alencart. Sin embargo, debo hacer la siguiente observación: dentro del bagaje de su producción poética hay constelaciones de olas amorosas para la mujer, y un reconocimiento de la necedad humana, y del sufrimiento existencial del hombre, lejos de Dios, y un afán constante por reivindicar al prójimo, al carbonero de la calle, al mendigo, al ser humano a quien le saquearon sus leyes y sus derechos. En otras palabras, es muy vasta, amplia y compleja la obra de Alfredo Pérez Alencart.

Tengo ahora en mis manos un libro que pertenece a Frank Estévez Guerra. Se trata de una antología llamada Atravesando el Jordán. En los versos asoma un dulce decir a Jesús crucificado.

ACTITUD GOZOSA
La búsqueda y el encuentro de Dios sorprende en actitud gozosa al autor del texto, quien muestra amar, con intención sincera, al Creador. Sus libros anteriores así lo confirman: Convidado a vivir, dedicado a Cristo Jesús, el Autor y consumador de la fe, Confesiones para el retorno, Vino nuevo en odres viejos. Estas obras aquí citadas fueron premiadas en España y tienen una mistura mística y un lenguaje que llama a la redención.

El entrevero del espíritu con las llamas de la fe es la constante de sus octosílabos y endecasílabos.

La antología Atravesando el Jordán es la suma de una entrega genuina (no mediática, ni filosófica) al dador del amor que restaña sus heridas.

Dice Carlos Nejar, de la Academia Brasileña de las Letras: «Frank Estévez Guerra, después de haber iniciado su andadura lírica a los veintitrés años, es una de las voces fundamentales de la poesía contemporánea de las Islas Canarias, así como un indiscutible valor de la literatura española. Entre los poetas de confesión evangélica, en lengua castellana, se erige en uno de los más importantes por su lirismo».

Eso. Evangelio. Con términos que llaman a orientar la existencia por un camino a solas y en paz con el Señor, a sumarse a la fe cristiana, a mantenerse en vigilia para no ser arrastrado por las corrientes de la duda o de la indiferencia, los endecasílabos y octosílabos del autor se vuelven páginas de evangelio vivo.

De una u otra manera, Dios es siempre tema de los versificadores. Ya para descubrir el rostro del ateísmo, ya para la saya con que viste la gnosis, ya para llenar la sensación de ausencia íntima y cósmica. La palabra gira, fundamentalmente, en torno a Dios, o el Verbo.

Los poetas son profetas.

Sin embargo, escribir poesía para buscar la paz de Jesús, para nombrar a Dios en la quietud del alma, es de muy pocos escritores. Frank Estévez Guerra no solamente es la excepción, sino que por el amor divino que su lengua confiesa, es un poeta referente de la literatura cristiana.

Me gusta, por sobre todo, esa suerte de diario que es su libro. Siendo el autor del libro el pastor de la Iglesia Evangélica Metodista Unida, es de esperar que se interrogue, que se escudriñe, tratando de avanzar, de madurar en su relación afectiva con Dios. Y con su rebaño.

Ser humano al fin, se hace planteamientos diversos, como los que se hacen los mortales comunes.

Frank Estévez Guerra arenga, canta, alaba, duda, en un lenguaje clásico y relevante.

Con cuánta pasión nos entrega estos versos:
I
¿Es Dios acaso una idea
o una sonora campana
que prorrumpe en la mañana
y nuestro oído recrea?
¿No será lucha o pelea
esta erosión de la roca
cuando en el alma nos toca
la única verdad, la vida,
la que nos abre la herida
y al fin nos cierra la boca?

BREVE RESEÑA BIOGRÁFICA: Poeta y ensayista español. Licenciado en Filología Hispánica y profesor de Lengua Castellana y Literatura en Secundaria. Estudios de Teología y Antropología. Sus versos se han traducido a varias lenguas y ha obtenido diversos premios y reconocimientos literarios. Asimismo, ha elaborado reseñas y artículos periodísticos de carácter histórico, filosófico, lingüístico, teológico y literario en páginas culturales de la prensa internacional, nacional y regional, así como en revistas especializadas.

Blog de Delfina Acosta



Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.