Dolor por la pérdida de Lisandro Otero

En las últimas horas, los medios cubanos han dado a conocer la triste noticia de la muerte de Lisandro Otero, el escritor y periodista que fuera presidente desde 2004 de la Academia Cubana de la Lengua.

Lisandro OteroSi bien no ha sido develada la causa de su fallecimiento, trascendió que el cuerpo de este reconocido escritor, que al momento de su deceso tenía 75 años, será cremado “en cumplimiento de su voluntad”, tal como citaron algunos medios. Además, se informó que, en los próximos días, esta destacada figura de la cultura cubana será homenajeada tanto por el Instituto Cubano del Libro, la Unión Nacional de Escritores y Artistas (organización fundada por el propio Otero), y por supuesto, por la academia que él presidía.

A lo largo de su vida, Lisandro Otero acumuló más de 20 obras que fueron traducidas a una gran cantidad de idiomas. Uno de los más exitosos trabajos del autor es “La trilogía cubana”, compuesta por tres novelas: “La situación”, “En ciudad semejante” y “El árbol de la vida”. Precisamente, fue gracias a la buena repercusión de la primera de ellas que obtuvo, en 1963, el Premio Novela de la Casa de las Américas.

Sin embargo, los reconocimientos fueron más, tanto en su país natal como en otras naciones. En 1965, por ejemplo, “Pasión de Urbino” lo hizo merecedor de una mención en el marco del Concurso Biblioteca Breve de la Editorial Seix Barral y, en dos ocasiones, también se alzó con el galardón de la Crítica Cubana. En 2002, su carrera se vería nuevamente distinguida: en esa oportunidad, con el Premio Nacional de Literatura.

Claro que tanta trayectoria y los numerosos logros debían tener su respaldo académico. En este sentido, cabe destacar que Otero, además de graduarse en 1954, en periodismo y filosofía y letras en la Universidad de La Habana, completó sus estudios hasta 1956 en la Sorbona de París. Con esa formación como base, comenzó a incursionar por el mundo periodístico, y así fue como llegó a colaborar, durante cincuenta años, en una gran cantidad de publicaciones locales y extranjeras, entre las que se destacan “The Washington Post”, “El Nacional de Caracas”, “ABC” y “Le Monde Diplomatique”, tal como recuerdan desde «El Universal». Más allá de su faceta literaria, Otero también se desempeñó como diplomático, llegando a convertirse en consejero cultural de Cuba en Chile y Gran Bretaña.



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