Bajo la mesa vivía nuestro amor sigiloso y proscrito,
territorio clandestino de deseo tenue y exquisito,
arriba el mundo fingía su orden pulcro y bendito,
abajo latía el pulso de un secreto infinito,
un reino diminuto, febril, oculto y maldito.
Allí tu mano encontraba mi temblor desarmado,
con un roce mínimo, subversivo y calculado,
y ese amor escondido, tan breve y condenado,
me salvó de la nada y me dejó más cansado,
porque amar en silencio también deja su legado.
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Autor:
El Corbán (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 30 de diciembre de 2025 a las 17:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez

Offline)
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