El Corbán

AMOR SIN TESTIGOS

Bajo la mesa vivía nuestro amor sigiloso y proscrito,

territorio clandestino de deseo tenue y exquisito,

arriba el mundo fingía su orden pulcro y bendito,

abajo latía el pulso de un secreto infinito,

un reino diminuto, febril, oculto y maldito.

 

Allí tu mano encontraba mi temblor desarmado,

con un roce mínimo, subversivo y calculado,

y ese amor escondido, tan breve y condenado,

me salvó de la nada y me dejó más cansado,

porque amar en silencio también deja su legado.