Disfrutando un día de calma
devoraba con pasión
las páginas de un gran libro
que llamaban mi atención.
De pronto una flecha injusta
en mi hombro se incrustó provocándome un quejido perdiéndose en el olvido.
Pasaron días tranquilos
perdida entre papeles,
cuando entonces, sin aviso,
mil saetas me atacaron.
Hombros, espalda y rodillas
se agitaron doloridos,
empezando velozmente
un vía crucis de dolor.
Días malos no permiten
levantarme de la cama,
pues los dardos inclementes
a mi cuerpo no dan tregua.
Días buenos, que son más, aprovecho con vehemencia
para gozar de mis hijos,
de la familia y la vida.
La mala autocompasión
junto con la depresión
no tienen cabida en mí,
pues se que de ésta saldré.
Pero no voy a negarles
que a veces mirando al cielo, invadida de gran rabia
le pregunto a Dios ¿Por qué?
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Autor:
Anna Gutiérrez. (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 30 de diciembre de 2025 a las 04:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque

Offline)
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