AnnaSerena28

¿POR QUÉ?

Disfrutando un día de calma
devoraba con pasión  
las páginas de un gran libro  
que llamaban mi atención.

 

De pronto una flecha injusta  
en mi hombro se incrustó provocándome un quejido   perdiéndose en el olvido.

 

Pasaron días tranquilos  
perdida entre papeles,  
cuando entonces, sin aviso,  
mil saetas me atacaron.

 

Hombros, espalda y rodillas
se agitaron doloridos,  
empezando velozmente  
un vía crucis de dolor.

 

Días malos no permiten
levantarme de la cama,  
pues los dardos inclementes  
a mi cuerpo no dan tregua.

 

Días buenos, que son más,   aprovecho con vehemencia  
para gozar de mis hijos,  
de la familia y la vida.

 

La mala autocompasión  
junto con la depresión  
no tienen cabida en mí,  
pues se que de ésta saldré.

 

Pero no voy a negarles  
que a veces mirando al cielo,   invadida de gran rabia  
le pregunto a Dios ¿Por qué?