El verano se derramaba en la piscina,
la luz caía sobre tu rostro
como un recordatorio
de que todo momento es prestado.
Nos sentamos en silencio,
los pies rozando el agua,
y hablamos de todo y de nada
mientras el tiempo, paciente, nos observaba.
Te amaba en tus fuegos abiertos,
en la intensidad que no podía contener.
Tú me amabas en mis cuidados contenidos,
en la manera silenciosa de medir cada paso.
Dos frecuencias diferentes,
la misma canción que nadie podía escuchar completa.
Rimos entre palabras a medias,
rozando la orilla de lo que queríamos decir
y no sabíamos cómo.
Cada gesto era verdad,
cada roce un pacto sutil,
pero el universo insistía
en enseñarnos que amar
no siempre significa coincidir.
No hubo traiciones, ni ausencias de amor.
Solo corazones latiendo al compás de relojes distintos,
buscando sincronía en un mundo que no daba tregua.
Aun así, nos quisimos con toda la fuerza
de quienes saben que perder
no significa no haber amado.
A veces cierro los ojos y vuelvo allí:
la luz dorada del atardecer,
el agua inmóvil reflejando nuestros nombres,
la conversación suspendida entre risas y silencios.
Y comprendo que lo que se pierde
no es el amor,
sino la armonía que nunca logramos tocar.
Queda la memoria intacta,
como un plano perfecto en cámara lenta:
no de un amor que falló,
sino de uno que existió plenamente,
y fue suficiente
aunque el tiempo nos empujara por caminos distintos
-
Autor:
vampiro_dulce (
Online) - Publicado: 30 de diciembre de 2025 a las 00:25
- Comentario del autor sobre el poema: Los polos opuestos se atraen, yo era muy diferente a ella, elegí a una chica inocente, que no había estado en una relación antes, sabiendo que no sería tan cuidadosa, yo era cuidadoso y sabía lo que una relación significaba y todo lo que implica y en verdad son experiencias inolvidables que se quedan en tu corazón y cuando las recuerdas puede que duelan pero se sienten bien también, en verdad no nos parecíamos mucho, yo era violento y en esos tiempos me andaba peleando con otras personas y siempre entrenando, ella era tan dulce e inocente, hermosa, ella era más joven pero tan madura igualmente, al final ese verano nuestra relación acabó en una conversación en la orilla de una piscina, hablabamos y sabíamos que quizá no nos volveríamos a ver, pensamos que tal vez era mejor quedarnos así, por que no fuimos hechos uno para el otro. La relación duró casi todo el verano y fue hermoso, aunque no perfecto. Me di cuenta de que no fallamos, solo no coincidimos.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 3

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