vampiro_dulce

Conversación en la piscina

El verano se derramaba en la piscina,
la luz caía sobre tu rostro
como un recordatorio
de que todo momento es prestado.

Nos sentamos en silencio,
los pies rozando el agua,
y hablamos de todo y de nada
mientras el tiempo, paciente, nos observaba.

Te amaba en tus fuegos abiertos,
en la intensidad que no podía contener.
Tú me amabas en mis cuidados contenidos,
en la manera silenciosa de medir cada paso.

Dos frecuencias diferentes,
la misma canción que nadie podía escuchar completa.
Rimos entre palabras a medias,
rozando la orilla de lo que queríamos decir
y no sabíamos cómo.

Cada gesto era verdad,
cada roce un pacto sutil,
pero el universo insistía
en enseñarnos que amar
no siempre significa coincidir.

No hubo traiciones, ni ausencias de amor.
Solo corazones latiendo al compás de relojes distintos,
buscando sincronía en un mundo que no daba tregua.

Aun así, nos quisimos con toda la fuerza
de quienes saben que perder
no significa no haber amado.

A veces cierro los ojos y vuelvo allí:
la luz dorada del atardecer,
el agua inmóvil reflejando nuestros nombres,
la conversación suspendida entre risas y silencios.

Y comprendo que lo que se pierde
no es el amor,
sino la armonía que nunca logramos tocar.

Queda la memoria intacta,
como un plano perfecto en cámara lenta:
no de un amor que falló,
sino de uno que existió plenamente,
y fue suficiente
aunque el tiempo nos empujara por caminos distintos