Esa flor no había nacido
En el centro del jardín;
No era fragante rosa
Ni aromático jazmín.
No estaba en los bellos bancos
De esplendorosos colores
Que reían y brillaban
Formando corros de flores.
Tampoco era de aquellas
Que lucían en un ramo
Altas, grandes, majestuosas
Y conscientes de su encanto.
Nuestra flor era chiquita
Y vivía en un rincón;
Tenía suaves colores
Y era modesto su olor.
¡Pequeña flor cuyo aroma
Con tanto cariño daba
A todos los infelices
Que más lo necesitaban!
Los olores embriagantes,
Los colores hechos llama,
No valen lo que un trocito
De la bondad de mi hermana.
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Autor:
Anduriña (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 28 de diciembre de 2025 a las 17:09
- Comentario del autor sobre el poema: En todas las familias, con suerte, hay una gallina que recoge a todos los pollitos debajo de sus alas. Esos pollitos son los miembros de su familia, inmediata y no inmediata, por muchos que sean. Suele ser, bueno, es, siempre una mujer y se da un relevo generacional. Cada generación tiene su amorosa, acogedora y reunificadora matriarca que coge el testigo que deja la que se fue. Maravillosas mujeres a las que debemos tanto. ¡Ay si un día no ocupa nadie el puesto vacante! Porque no todas somos iguales, hay que ser de una madera especial. Benditas sean.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez

Offline)
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