No eran las correas de sabor saturado,
ni la válvula que solo cruza una vez.
El neumático no bastaba
para detectar su ciclo ovárico.
Una rueda mercantil: en su campo inercial
de alambres de residuos reactivos
donde las tijeras retomaban vitalidad en
un concierto sin testigos.
Y allí el paño que caía de espalda desde
la curva imprecisa de lo que agrada poco.
El dolor ruidoso en su ley de gravedad no fluía:
se acumulaba.
Un matamoscas en la cocina ejecuta un salto cuántico
y se desnuca.
Algo burbujeante de maromas de iones
y protones desaparece
a la velocidad de la luz,
sin dejar chistes ni botón de sus teclados.
Era el ultrasonido —no la urraca—
el que entregaba la nomenclatura química
mientras los tobillos dormían
fuera del experimento.
Copyright
© 2025 Ivette Urroz.
Ivette Mendoza Fajardo
Todos los derechos reservados
-
Autor:
Ivette Mendoza Fajardo (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 24 de diciembre de 2025 a las 17:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1

Offline)
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